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Los ganaderos, solos frente al lobo

El sector clama contra el abandono del Principado y exige "una respuesta inmediata ante un umbral de daños" y agilidad en las compensaciones

Alberto Suárez, con dos de sus reses en Amieva. EVA SAN ROMÁN

"Hay una absoluta ineficacia por parte del Gobierno del Principado, tanto para evitar los daños como para pagarlos". La frase, de Asturias Ganadera, expresa el enfado y el hartazgo del sector primario asturiano por los constantes ataques a su cabaña por parte del lobo. Solo desde la primavera, denunció hace escasas fechas el colectivo, se suman 337 bajas. Manuel Sánchez, ganadero de la localidad de Torió (Cangas de Onís), pone el acento en que los ataques cada vez son más. "Antes los daños aumentaban con la subida al puerto, pero es que ahora ya hay ataques al lado de las casas. Este año una vecina, desde la habitación, vio cómo los lobos acabaron con 25 ovejas que había en una finca de al lado. No fue un solo ataque, fue en varios y a plena luz del día, porque el ganado lo guardamos por la noche, pero ya da igual". Mientras, en Ponga hay "al menos 70 animales, pero expedientes pocos, no pagan y la gente está cansada; quieren que no los maten, no cobrar dos años más tarde por ellos", evidencian.

En Amieva, por su parte, desde el 1 de junio hasta septiembre contabilizaron bajas en 39 animales entre xatos, novillas y vacas, y ocho potros. "Ganado menor no hay, ya se lo comió el lobo", recuerda Alberto Suárez. "Nadie habla de que tenemos que perder días. Cuando subes al puerto y no encuentras al animal, al día siguiente hay que volver a buscarlo, y tenemos que dejar de hacer otras cosas, perdemos días de ir a la hierba si es verano... no son solo los daños, que también, es que están haciendo que la situación sea insostenible", lamenta.

Suárez abunda en que "el Plan del lobo es una tomadura de pelo, ni tan siquiera saben cuántos lobos hay porque no vienen a mirarlo, llevan cuatro años sin hacer controles y los lobos se han adueñado de la zona". A este respecto, Asturias Ganadera critica que "el Plan del lobo no funciona; no es que se cumpla o no, es que está mal esencialmente. Los cupos llegan siempre con retraso y pierden eficacia. Es clave la inmediatez, necesitamos un sistema ágil para que en un umbral de daños haya una respuesta inmediata de una patrulla especializada. Sólo la inmediatez será eficaz y puede no solo reducir el número de ejemplares, sino también disuadir próximos ataques. Nadie quiere exterminar al lobo; de hecho, si se hace de esta forma es muy probable que haya que extraer menos ejemplares porque ellos mismos se irán", auguran.

Las últimas cifras globales hablan de que entre 1997 y 2016 la región ha registrado 61.616 animales atacados por los lobos. Son datos extraídos de un estudio de la Universidad de Oviedo de hace cuatro años.

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