El Ayuntamiento de Llanes no permitirá que la empresa que draga el puerto local vierta los sedimentos en las inmediaciones de La Talá, en la villa. Según indicaron fuentes municipales, la decisión se toma basándose "en los criterios de los técnicos municipales", quienes han desaconsejado el vertido.

La negativa formal viene después de que el pasado viernes operarios municipales precintaran el lugar donde la empresa encargada del dragado había colocado ya dos balsas para depositar los sedimentos, "a 50 metros de las viviendas", clamaron los vecinos. Eran lugares donde acopiar los lodos como paso previo a su transporte a un vertedero. La práctica, según habían explicado desde el Ayuntamiento, consistía en sacar el sedimento del fondo marino, cargarlo en camiones y dejarlo en esta zona para su secado y posterior transporte. El residuo sólido se llevaría de La Talá cuando hubiera soltado el sobrante de agua, pero quedaría, a ojos de los vecinos, el líquido contaminante, lo que a su juicio causaría un perjuicio al terreno.

Tal como había adelantado el fin de semana el propio Consistorio, la empresa aún no contaba con los permisos preceptivos para ello. Al menos, no de manera formal, porque las balsas estaban ya colocadas con plásticos especiales que, a priori, impedirían filtraciones al suelo de La Talá.

Fueron los vecinos de la zona quienes alzaron la voz al ver que los lodos, algas y arenas que las máquinas extraen del fondo de la dársena interior iban a ser depositados, como en marzo, en esta zona de la villa llanisca.

Denunciaron no solo los malos olores que ya sufrieron a principios de año, cuando se dragó parte de la instalación portuaria, sino las consecuencias medioambientales, teniendo en cuenta que el dragado del puerto se pospuso aduciendo el Principado una carga contaminante en los lodos. De hecho, el dragado de la dársena interior ha de hacerse por tierra por ese motivo. En otras ocasiones, cuando la extracción es de sedimentos no contaminados, es la embarcación "La Nalona" la que se encarga de mover las arenas acumuladas para transportarlas mar adentro. En este caso, una máquina excavadora carga, desde tierra, camiones en el puerto para que el sedimento sobrante sea transportado por carretera. Una vez seca, la carga contaminante ha de ser confinada y llevada, con medios de seguridad adecuados, a un lugar donde sea convenientemente tratada.

El Ayuntamiento llanisco recordó ayer que "para el depósito de vertidos, tanto en terreno público como privado, se deberá contar con la correspondiente autorización municipal y el preceptivo visto bueno sectorial de la Consejería de Medio Ambiente". Ahora, los lodos "deberán ltransportarse a otro lugar más adecuado que, en todo caso, deberá localizar Puertos", advierte el Gobierno local.