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Inglés para chinos desde Asiegu

La estadounidense Jacqueline Byrne vive en Cabrales dando clase online a asiáticos: "Es el lugar perfecto, con buenísima conexión"

Jacqueline Byrne y Stephen Webb, en Asiegu con su perro "Kike" y su gato "Hércules". E. S. R.

Si la tecnología funciona, la vida rural sigue teniendo futuro. El mejor ejemplo es el de Jacqueline Byrne, una estadounidense que se ha asentado en la localidad cabraliega de Asiegu y que se dedica a impartir clases online de inglés a niños chinos. El mundo en un pañuelo gracias a internet.

Byrne, que llegó a España hace unos años desde Carolina del Norte, buscaba un cambio de vida y la encontró junto a su novio, Stephen Webb, en la localidad cabraliega de Asiegu, "Pueblo ejemplar de Asturias" en 2019. "Es el lugar perfecto. Nos gusta la montaña, escalar, el surf, indagar dentro de cuevas... salir a correr por aquí, rodeada de este paisaje, es un sueño", reconoce con una eterna sonrisa la estadounidense.

La "buenísima conexión" de internet que ofrece Asiegu fue lo que, definitivamente, les hizo dar el paso de quedarse a vivir, y la "amabilidad y la cercanía" de los vecinos vino a avalar, en pocos días, que la decisión "era la adecuada", ratifica. Y así da clases a miles de kilómetros de distancia: "se puede trabajar desde aquí con facilidad, solo necesito organizarme 24 horas antes con mis alumnos para preparar las clases, ellos se conectan en su casa y yo aquí; es como dar una clase presencial".

Ella, de Estados Unidos, y él, de Reino Unido, se conocieron por internet. Ambos eran anfitriones en un foro de turistas que viajan en bici y ambos ofrecían sus casas para hospedar a ese tipo de viajeros. Un día decidieron quedar para conocerse en persona. Fue en Cangas de Onís. "Nos vimos una vez y ya", resume ella.

Hace poco más de un año decidieron invertir en Asiegu. Compraron una casa, que ahora Webb arregla con mimo. Ella compagina su trabajo con el deporte de naturaleza y la vida rodeada de paz que uno encuentra al subir al pequeño pueblo cabraliego.

Por esas cusualidades de la vida, ambos llegaron a la comarca de los Picos de Europa porque un amigo de ella y una amiga de él, por separado, descubrieron este lugar al recorrerlo en bici y se lo recomendaron. "La amiga de Stephen vino hace 20 años y le dijo que este era el lugar perfecto para vivir. Mi amigo vino hace poco y me contó lo mismo. Ellos no se conocían, y nosotros tampoco", pero "estas cosas suceden".

Byrne era ingeniera en una gran empresa de Texas y "quería más libertad". Webb era fotógrafo y tampoco encontraba estabilidad. Ambos, por separado, recorrieron "muchos lugares" antes de decidir cuál era su sitio. En el caso de Jacqui, como la llaman en Asiegu, "quería aprender español, así que estuve en Colombia y México". Después viajó por España, conoció Barcelona, Madrid y Valencia, "pero la ciudad nunca ha sido lo mío". Fue cuando su amigo le habló de Asturias y ella apostó por el entorno de los Picos de Europa, "a un ratito" del mar.

"Los dos tuvimos el mismo sentimiento al asentarnos aquí, es como estar en casa, el lugar es mágico. La gente tiene una visión de la vida muy bonita, la familia es lo primero y las aficiones son sanas". Jacqui tiene muchos proyectos, uno de ellos, dar clases intergeneracionales de inglés en el pueblo: "Sería interesante unir a pequeños con los mayores".

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