Los ecologistas denuncian que los sedimentos extraídos del dragado del puerto de Llanes están siendo vertidos de forma “no autorizada” en la antigua cantera de Pimiango, en Ribadedeva. La empresa trasladó allí los lodos después de que el ayuntamiento llanisco denegara el permiso para depositarlos en La Talá, ante las protestas vecinales.

El alcalde de Ribadedeva, Jesús Bordás, reconoce que nadie ha solicitado permisos al Consistorio y asegura que pedirá al Gobierno regional “un informe sobre los trabajos, su legalidad y su justificación”.

El problema de los lodos de Llanes, cuestión que retrasó la obra de dragado durante años, es la carga de metales pesados que, según el Ejecutivo, existía en el sedimento. Las últimas catas, tal como explicó el PP en una visita al puerto, parecen no haber encontrado ese compuesto contaminante. Pero sin una versión oficial, nadie quiere los lodos en su territorio.