El Ayuntamiento de Parres quiere garantizar la salubridad y la seguridad en el concejo. Por ello estos días demolerá cinco inmuebles en ruinas de la calle San Antonio, en el centro de Arriondas. Tal como explicaba ayer el alcalde, Emilio García Longo, los edificios “presentaban un claro problema” y podría ocurrir que un derrumbe fortuito acabara por causar daños personales. “Antes de llegar a esta situación ya nos habíamos visto obligados a realizar ejecuciones parciales” en donde el Consistorio “eliminó elementos de riesgo”, por la posibilidad de la caía de parte de los inmuebles a la vía pública, muy transitada.

“Llevaban veinte años abandonadas” y aunque hace un año comenzó la retirada de la techumbre, la actuación de un derrumbe completo “era más que necesaria”. Los vecinos reconocen su necesidad, “aunque es algo emocionalmente doloroso, porque muchos tenemos ahí nuestros recuerdos”, aseguraban ayer, mientras una pala excavadora recogía escombros.

“Hemos declarado varios inmuebles en ruina”, lamenta el edil. Y “el 90 por ciento” corresponden a edificios que por cuestiones familiares (herencias) han ido abandonándose a su suerte con el paso del tiempo. “Sucede en muchos edificios, pero los que están en fincas privadas, aislados, no presentan el problema que se nos plantea en aquellos del núcleo urbano más allá del valor patrimonial que poseen”, explica.

No sucede así cuando el problema se da en zonas transitadas. Por eso, el trabajo del Consistorio continúa: “Tenemos en marcha otras dos órdenes de ejecución de medidas correctoras porque la propiedad no cumple con la conservación y el mantenimiento, y plantean problemas para la seguridad de circulación, por un lado, y de estética y ornato, por otro”. El Gobierno local también tiene otorgadas otras dos órdenes de derribo para sendos edificios en el emblemático barrio de La Peruyal y en la calle Argüelles, la arteria principal que atraviesa la capital parraguesa.

Las actuaciones, sin embargo, no se reducirán al casco urbano. Según ha avanzado el regidor, la idea es “continuar las actuaciones en núcleos rurales” y, por ahora, “se han dictado órdenes de ejecución en Sobrepiedra y Llerandi”.

Urbanos y rurales

Los derribos urbanos y los rurales “son procedimientos muy lentos y costosos”, explica el primer edil. De un lado “tenemos que contar con recursos económicos para asumir las ejecuciones” de forma subsidiaria que, “en algunos casos, sí acaba repercutiendo en la propiedad, pero en otros, no es posible porque, directamente, los propietarios no aparecen”, abunda. El Alcalde recuerda que el proyecto de derribo para el conjunto de viviendas que ahora se derriba en San Antonio alcanza un presupuesto de 60.000 euros.

A la búsqueda de recursos económicos para hacer frente a este tipo de actuaciones, el Ayuntamiento necesita también dedicar esfuerzos administrativos para dar forma al arduo proceso. “Nosotros ya iniciamos los trámites con la búsqueda de los propietarios, que no siempre es algo sencillo, y que no siempre están por la labor de acceder a las órdenes”, asume el primer edil. Finalmente, acaba primando la seguridad que la economía.

Los problemas continúan durante la tramitación, si “el edificio declarado en estado de ruina tiene alguna catalogación de Cultura”, indica García Longo. “Es un proceso francamente arduo” y sucede que puede demorarse hasta seis años. Fue lo que pasó con el primer edificio que el Gobierno local demolió en la calle Argüelles este verano. “Empezamos a tramitarlo en 2014 y no pudimos demolerlo hasta agosto de este 2020”, subraya el primer edil.

De hecho, el proceso de descatalogación de ese primer edificio en estado ruinoso derruido y de los que ahora se demuelen empezó en el año 2013, cuando la Corporación municipal de Parres lo aprobó durante una sesión plenaria. Pasaron siete años para garantizar la seguridad de los viandantes.