Estampa inusual la que ha podido verse en la zona urbana de Cangas de Onís. Algunos vecinos se quedaron un tanto incrédulos cuando observaron a un raposu (zorro) con su pieza capturada entre los dientes -una gallina-, escapando la populosa zona de La Playina, a la vera del Sella, cerca de la avenida de Castilla o Carretera Cañu. La instantánea causó el lógico revuelo, dado lo excepcional de la imagen y que no es habitual encontrarse con depredadores en pleno casco urbano de la vieja capital del Reino de Asturias.

Tanto el raposo (Vulpes vulpes) como el lobo (Canis lupus) son las dos únicas especies de cánidos salvajes que viven en la Península Ibérica. Por lo general, salvo excepciones, no suelen mostrarse a plena luz del día, pues, basta que observen o huelan a las personas para que salgan disparados en dirección opuesta como alma que lleva el diablo.