"No está de más recordar que es un animal salvaje, que ya estoy viendo la gente poner comida por ahí....... y después pasa lo que pasa. Anoche -por el lunes-, estaba corriendo detrás de los gatos y no para jugar".

Así se refería Kiko Sarmiento, vecino de Cangas de Onís, a las visitas ya habituales del raposu que lleva unos días merodeando por el casco urbano de la vieja capital del Reino de Asturias.

El anima fue visto en los últimos días a la puerta del hogar-residencia Beceña-González, en Cangas de Arriba, así como en el barrio El Puente Romano, y con anterioridad en vías tan céntricas y zonas muy pobladas como la avenida de Castilla o la carretera Cañu, así como también por el barrio de El Zanjón o la antigua calzada de Ponga. "A ver si no le hacen nada malu, busca comida como todo ser viviente, ya se marchará para su hábitat", señaló la igualmente canguesa Raquel Díaz de Diego.

"Es un animal salvaje. Sabe buscarse la vida. No hay que darle de comer. Luego vendrán los problemas. Lo que hay que hacer es echarlo de ahí y que le quede claro que no es bienvenido. Es un animal sin control veterinario por lo que puede portar enfermedades como la rabia, por ejemplo", matizaba otro vecino de Cangas de Onís sobre la presencia del depredador por la urbe.