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“En diez años no habrá un pastor en los Picos”, dice el representante del sector en el patronato

Tito Rojo censura que no se atajen los daños del lobo: “Nada más hablan de prohibir, de cupos y restricciones; quieren un parque temático”

Tito Rojo, a la izquierda, con responsables del parque, en una imagen de archivo, durante una protesta de ganaderos y productores de queso. | R. D.

Si no se realizan los controles del lobo adecuados y existen censos reales que permitan tomar medidas efectivas sobre las poblaciones existentes en los Picos de Europa, en el plazo de una década, no van a quedar pastores en la zona porque van a abandonar los pocos que aún siguen con la actividad.

“Si seguimos así, en diez años no va a quedar en la comarca un solo ganadero”, señala Tito Rojo, que forma parte de patronato del parque nacional de los Picos en representación de los ganaderos. Igual “quieren hacer un parque temático”, añade. Él mismo acaba de sufrir en su cabaña daños por el lobo: una yegua de siete años que andaba por la zona de Pandoscura, en el puerto bajo de Onís, fuera del espacio protegido. “Hay una manada de cuatro lobos que andan por aquí, matan a yeguas, a caballos y matarían hasta elefantes sin los hubiera” incide.

A su juicio, “o bajan la carga de lobos o los daños serán cada vez mayores”. “Estos que atacan aquí están en la zona de Cabrales y hacen salidas esporádicas hacia el Casaño, en los montes bajos de Onís. Lo mismo vienen que van y, de paso, acaban con lo que pueden”, explica resignado.

Se da la circunstancia de que Rojo representa a los ganaderos en el patronato del parque y, de hecho, participó en la última reunión de este, la semana pasada, en lo que pudo constatar que poco o nada se avanza para resolver el problema con los cánidos. “Nada más hablan de leyes, decretos y de prohibir”, resume. “De cómo cogieron este parque en 1918 a cómo está, del paisaje que tenía, de los recursos naturales que se aprovechaban a cómo nos tienen… Quieren hacer un parque temático, todo son cupos y restricciones, y lo que debería ser un motor económico en la comarca, tanto ganadero como turístico, lo están convirtiendo en no se sabe muy bien qué”, reprocha.

Censura el planteamiento de cancelar la Travesera, carrera de montaña que en parte se desarrolla de noche. “Ahora nos dicen que no se puede hacer por motivos técnicos, pero lo que no cuentan es que en esta comarca lo que interesa son las 5.000 personas que vienen a dejar más de 200.000 euros aquí, a nuestros vecinos y empresarios. Importa más eso que ver un llobu en el parque, pero ellos tienen sus sueldos y no les pasa nada, los que tenemos que vivir echando un pulso al parque a buscarnos la vida como podemos”, subraya.

No tiene esperanza en que nada cambie: “Llevamos con esto más de 30 años, los daños del lobo no son de ayer y si no dieron solución no van a hacerlo. Políticamente tienen que cambiar la visión, sentarse y afrontar el futuro de la región o de la comarca. En Onís pronto se podrán contar con una mano los ganaderos que queden, pero tampoco van a poder nutrirse de recursos turísticos si el parque es una pura prohibición. Hablan de la España vaciada, pero no apuestan por llenarla. ¿Con qué se va a asentar a la gente en los pueblos?”, concluye.

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