La solidaridad ciudadana evitó que un indigente durmiera al raso, en la fría noche del pasado viernes, en los soportales de la iglesia parroquial de Santa María de Cangas de Onís. Una vecina se percató de la anómala situación y propició, tras sumarse a la causa algunos otros vecinos, que los párrocos de la Unidad Pastoral de Cangas, Amieva, Ponga y Onís, Diego Macías y Pablo Luis Gato, se hicieran eco del dilema y encontraran una solución provisional para que el vagabundo pudiese pasar la noche a techo. Un hecho que no pasó desapercibido en la vieja capital del Reino de Asturias en pleno temporal invernal.

“No podía estar tranquila viendo eso desde mi casa. Por eso baje comida y llame a los municipales (Policía Local), los cuales brindaron ayuda con una manta. No es cuestión de méritos, es cuestión de humildad”, explicó Natividad Fernández, reconociendo que había pasado gente por allí durante la gélida tarde de ayer, viernes, y nadie se acercó a interesarse por él. “Fue bastante agradecido el señor. Yo me quedo con eso y que los curas no hicieron esperar mucho...hicieron más que muchos que pasaron y miraron la fuente. Esta mañana –por el sábado- lo vi marchar y la bolsa de comida la llevaba, por lo menos “, añadió esa vecina de Cangas de Onís. 

Natividad Fernández, alertó de la situación en las redes sociales y algunos atendieron esa llamada de auxilio y se pusieron a colaborar, entre ellos el técnico del Club Voleibol Cangas de Onís, Dani Vega.  “Como este caso, en el mes de diciembre, hubo más. Espero que sirva para que habiliten algo para estas ocasiones, porque sitios hay”, aseveró Natividad, a la vez que recordaba como el pobre necesitado, hombre de unos 70 años, “lloraba y daba bendiciones a las personas que estábamos allí”. 

“Finalmente, los curas salieron a ayudar al señor que estaba en la puerta. Hoy –por anoche- duerme bajo techo. Buen trabajo de los curas de Cangas de Onís que veo que tienen lo que deben de tener”, dijo Dani Vega, quien, como el resto de personas que acudieron en auxilio del vagabundo, recibieron infinidad de muestras de agradecimiento de sus convecinos por ese noble y gran gesto solidario en plena invernera Filomena, con los termómetros desplomados en gran parte del país.