Llanes se ha propuesto reactivar las construcciones que fueron paralizadas durante las últimas décadas. Quieren desbloquear aquellas iniciativas urbanísticas que un día nacieron para subirse en un boom del ladrillo que no acabó igual de bien para todos. Hasta la fecha, y después de años de tramitación, se han reactivado en el concejo hasta cuatro actuaciones que habían sido detenidas por sus promotores, víctimas en su mayoría de unas crisis que les pillaron con los planes a medias por lo que nunca llegaron al final pretendido. A cambio, dejaban esqueletos de hormigón, obras abandonadas y un peligro para la seguridad vial.
De todos ellos, uno ya ha sido concluido. Se trata de un edificio ubicado en el casco histórico de Llanes, en la calle Manuel Cue, que después de sufrir desperfectos importantes, fue reactivado para la construcción de apartamentos turísticos. “Aquí las trabas surgieron desde el servicio de Patrimonio y las protecciones a las que estaba sometido el edificio, pero finalmente, logramos desbloquearlo después de innumerables gestiones”, celebra la edil de Urbanismo, Marián García de la Llana, que asumió casi de forma personal a su llegada al Ayuntamiento desbloquear este tipo de actuaciones.
Fue ella, García de la Llana, quien inició en su primer año de Gobierno –hace seis– las conversaciones personales para iniciar la tramitación que reactivara el viejo inmueble de Celso Amieva, en la villa, un edificio que llevaba 37 años paralizado, abandonado y que requirió de más de una actuación municipal para evitar el peligro que suponía a los viandantes. La concejala se propuso reactivar la obra en el pasado mandato. No lo consiguió, pero ahora los trabajos sí han comenzado, después de decenas de trabas administrativas, varios cambios de titularidad y distintos intentos de recuperación. Desde la Concejalía de Urbanismo se echó mano de todos los requerimientos legales para exigir a la propiedad la solución a un conflicto que se fue enquistando y que cada vez preocupaba más por los riesgos para los viandantes en una de las calles más transitadas de la capital llanisca. No en vano, el edificio se levanta en la zona escolar.
En el año 2009 se ponía de manifiesto la paralización de los bloques de otra promoción llamada “El Mirador de Bricia”, junto a Posada de Llanes. “Se tuvo que ejecutar una caducidad de la licencia, tuvieron que hacer un proyecto nuevo cumpliendo con la normativa vigente, las obras estaban paralizadas, los promotores se habían excedido en la altura y la obra, por tanto, estaba mal hecha”, explica la concejala. Cuando García de la Llana llegó al cargo se propuso que todos aquellos edificios que estuvieran en una situación parecida reanudaran sus trabajos para intentar retomar las pretensiones de sus promotores. En algunos casos hubo más suerte que en otros. En Bricia se reanudaron los trabajos y la licencia se concedió hace un año. Hubo cambios de titularidad, costó arrancar, pero las obras se iniciaron, al fin” y los operarios ya trabajan a buen ritmo.
De igual forma se trabaja en Malzapatu, donde otro inmueble, llevaba “muchos años” mostrando su estructura de hormigón. Ahora, según los trabajadores, “en dos o tres meses” las 38 viviendas que saldrán al mercado libre serán una realidad y la zona habrá ganado en imagen. “Es un lugar de crecimiento de la villa, hay edificios nuevos alrededor, aquel inmueble abandonado no aportaba nada positivo a esta zona, que se revaloriza con el tiempo”, indica la concejala. La paralización de la promoción conocida ahora como “Mar de Llanes” se produjo “por cuestiones económicas”. El Ayuntamiento no tuvo que ejecutar la caducidad de la licencia urbanística y “una vez hechas las modificaciones en el proyecto oportunas para adecuarlas a la normativa actual se comenzó el trabajo” tras, una vez mas, cambios de titularidad.
