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Colunga lleva su solidaridad a Burundi

El Ayuntamiento dona los 775 euros de la “San Silvestre” virtual al proyecto de un colectivo local que trabaja con un orfanato del país africano

Sandra Cuesta y Javier López, ayer, con el cheque de la ayuda recaudada en la “San Silvestre”. | Eva San Román

El deporte y la solidaridad van de nuevo de la mano. Las 155 personas que participaron en la “San Silvestre” virtual de Colunga el pasado mes de diciembre reunieron con el pago de sus inscripciones la cantidad de 775 euros. Y el Ayuntamiento ha donado ese dinero a la organización “Axuda Burundi” para que el colectivo pueda continuar con su labor en el orfanato que gestinan en el país africano.

Javier López, presidente de la organización, recogió ayer el cheque de manos de la alcaldesa, Sandra Cuesta. Celebró que la donación servirá para mejorar la calidad de vida de unos pequeños que, hace apenas seis años, cuando nació el colectivo, no tenían ninguna esperanza en el futuro. “Todo comenzó con un viaje de cuatro familias” a Burundi, recuerda López. Descubrieron un escenario inimaginable que les cambió la perspectiva y les hizo reaccionar. Entonces vieron cómo 52 pequeños –ahora hay 132- se criaban hacinados en unas instalaciones que a duras penas se mantenían en pie.

Iniciativa familiar

Dormían sobre camas de leña y colchones de paja. El estado de salud era cuestionable. No había aseos y contabilizaron mil y un detalles a solucionar. Decidieron crear “un proyecto familiar” que ha llevado saneamiento al orfanato, una edificación digna, camas y cunas para los bebés y una evolución que aporta mejoras diarias al entorno y a los niños. “Creamos unos mínimos de habitabilidad”, dice López, pero aún queda mucho por hacer. Y lo bueno del proyecto, subrayó la alcaldesa de Colunga, “es que tiene continuidad, que es algo sostenible que va a generar movimiento educacional, laboral y cultural” en la zona.

Porque desde “Axuda Burundi” se reconstruye un orfanato, pero también se ha contratado a una persona para encargarse de las necesidades del día a día. “Ella es nuestros ojos allí”, dice López. Y habrá más porque la idea es organizar campos de cultivo y cría de animales para que “al menos en una parte se puedan autoabastecer”.

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