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“La Escalera de Colores no es una prioridad”, subraya el alcalde de Ribadesella

El impulsor de la idea, Jonathan Hevia, lamenta que el gobierno local haya retirado de los folletos el recurso turístico y demanda su promoción

Una mujer desciende por la Escalera de Colores de Ribadesella, con la pintura desgastada. | Eva San Román

La Escalera de Colores de Ribadesella “no es una prioridad” para el Ayuntamiento de Ribadesella. Al menos así lo reconoce su alcalde, Ramón Canal (PSOE), ante la petición de una restauración, vista la degradación del recurso turístico de la villa. Los vecinos lamentaban en este periódico su abandono, y reconocían la fama que cosecharon los 56 escalones que unen la calle de Trasmarina y la avenida Villar y Valle desde que fueron coloreados e ilustrados con frases célebres hace seis años.

“Si quieren pintarla, el Ayuntamiento compra la pintura, pero ya”, apunta el regidor. Pero eso no suficiente a ojos del ideólogo del proyecto, Jonathan Hevia, que ve con “pena” cómo ha ido dejándose este elemento que ya “se ha eliminado de los callejeros turísticos”. “No vale con que nos den cuatro botes de pintura y hala, a pintar, habrá que darle una promoción y una importancia para mantenerla como el recurso turístico que ha demostrado ser”, dice el artista local, en referencia a la cantidad de comentarios en internet que aluden a este hito.

Hevia, que mantuvo hace unos meses una reunión con el alcalde riosellano, trasladó al gobierno local su intención de impulsar la restauración de la Escalera de Colores, pero el resultado “no fue satisfactorio”. Sin embargo, “hace unas semanas” el edil de Turismo, José Luis Díaz, “sí me trasladó su compromiso de repintar la Escalera a ser posible antes de Semana Santa”, detalla el artista. El hecho de que ahora el regidor haya reconocido de forma pública que la Escalera no es una prioridad, deja el futuro del elemento turístico en el aire.

La Escalera de Colores nació como algo que moriría y resucitaría, y como algo que harían los vecinos. Y así fue, los riosellanos colorearon los peldaños y escribieron en ellos frases célebres. “La idea era que con el paso del tiempo eso se borrara y fueran otros riosellanos, con otros colores, quienes repintaran y escribieran nuevas frases”, recuerda Hevia. Él fue el creador de la idea que puso en marcha el Ayuntamiento riosellano, en manos entonces de Charo Fernández Román. “Yo fui el impulsor, pero siempre quise que fuera algo de la gente, no cobré por la idea porque la intención siempre ha sido hacer cosas por Ribadesella, independientemente de quién esté gobernando y qué partido nos gestione. Todo lo que hagamos por el concejo es por el bien común, sin ningún tipo de interés más que el de mejorar y conseguir ser un concejo turístico de calidad”, subraya Hevia.

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