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Una nueva herida para San Cipriano

El templo piloñés sufre otro derrumbe parcial y el Alcalde reclama al Obispado que intervenga para frenar los desprendimientos

Pepi Sánchez, ayer, paseando junto a la zona de la iglesia donde ha habido un nuevo derrumbe. | Eva San Román

El Ayuntamiento de Piloña ha acordonado parte de la iglesia de San Cipriano (en la parroquia de San Juan de Berbío) después de que se desprendiera parte de una de las esquinas del templo. Es la última brecha abierta en un lugar herido desde hace tiempo, en donde ya no queda tejado y en el que llegaron a acumularse montones basura que acabaron por convertirlo en un vertedero, según denunciaron los propios vecinos.

Hace unos días, decenas de piedras se cayeron de la pared al suelo que perimetra la iglesia levantada de forma original en el siglo XVI. Una zona de paseo de vecinos y curiosos, y tránsito del Camino de Santiago.

El alcalde, Iván Allende, ya ha advertido de la situación al Obispado, titular del templo. “Se ha notificado la situación y se dará un plazo para que se ejecuten las obras necesarias para asegurar la zona”. No es la primera vez que esto sucede, “hace años también hubo desprendimientos en otros puntos de la edificación y se actuó para garantizar la seguridad de los viandantes después de notificarle a sus titulares la necesidad de actuar”, recuerda el regidor.

“Es una pena que nadie haga nada, desde el colectivo se dieron pasos para iniciar una restauración, pero al final, estábamos atados y no se pudo hacer nada”, lamenta Carolina González, miembro de la Asociación Cultural de Mestres. “Llegamos incluso a juntar fotos para demostrar la importancia de esta iglesia en la zona. En el pasado, se solicitó la limpieza del interior de la iglesia porque estaba lleno de basura, se peleó, se luchó y, al final, sigue cayéndose”, reprocha la vecina.

San Cipriano “tiene mucho valor histórico y sería importante ponerlo en valor”, subraya González, que apuesta por “no dejar que se pierda el patrimonio”, porque, según apunta otro vecino, “todo aquello que se deja caer, no se recuperará jamás”. Desde la Junta Vecinal lamentan el derrumbe y advierten de que “produce inseguridad” porque, “aunque no vaya a caer entera, sí pueden darse desprendimientos” que pongan en peligro a los viandantes. En el año 2013, la Consejería de Cultura obligó a la Iglesia a intervenir en el templo para limpiar tanto su parte exterior como la interior.

La de San Cipriano era una ermita en sus inicios. La levantaron ganaderos trashumantes que pasaban desde Castilla con sus rebaños por este lugar buscando el pasto de las montañas. Cada mes de septiembre, cuando regresaban con el ganado de nuevo, celebraban allí ferias ganaderas. De hecho, según cuentan, ahí radica el origen de las citas de ganado que tanto arraigo tienen en Piloña. En el siglo XVIII, sobre aquella ermita se levantó un gran templo que fue quemado durante la Guerra Civil. El fuego, sin embargo, no acabó con su estructura arquitectónica y con el paso del tiempo se ha conservado incluso la portada y la bóveda. Es, para los vecinos de la parroquia de San Juan de Berbío y para los piloñeses en general, “una verdadera joya”.

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