Acceder a las prestaciones básicas, lidiar con las tramitaciones digitales, establecer contacto con la administración vía telemática... Es la rutina del siglo XXI donde el ejercicio de los derechos está basado en el acceso tecnológico. Pero también es el problema al que se enfrentan ciudadanos que no tienen por qué saber acceder a las nuevas tecnologías para completar procesos administrativos que les sirvan, por ejemplo, para recibir una prestación. Las carencias educacionales las detectaron durante la pandemia trabajadores sociales del concejo de Parres y llevan tiempo intentando atajarlas junto al personal del Centro de Dinamización Tecnológica Local. Trasladaron su preocupación al Gobierno regional y “con un trabajo en red” ha nacido el proyecto “Conectad@s”, que ayer se presentó en Arriondas y que aspira a eliminar las barreras tecnológicas.

Según explicó Ana Fernández Zapico, coordinadora del equipo de servicios sociales del Área VI, la intención del proyecto es “ir reduciendo las múltiples brechas digitales para ejercer los derechos de las personas”. La falta de acceso o comprensión tecnológica “azota a los colectivos vulnerables” y por eso “centraremos la acción en beneficiarios del salario vital básico”. En total, el proyecto empezará con 40 unidades familiares. “Hay que entender el perfil de los usuarios y darle herramientas esenciales para que les permita desarrollarse con plenitud”

Elena García, educadora del departamento de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Parres, alabó el proyecto “que no sólo es innovador, sino que es una de las medidas de incorporación social en la que llevamos trabajando tanto tiempo. Es un paso más para desarrollar las competencias personales, sociales y digitales y garantizar los derechos de todos”, celebró.

La directora general de Gestión de Derechos Sociales, Paula María Álvarez, avaló las palabras de las trabajadoras sociales: “El uso de las nuevas tecnologías supone un gran avance, pero no puede convertirse en un motivo de exclusión social”, evidenció. Y en solucionar esa zancadilla trabajan ya. Porque “es posible abordar problemas con nuevas soluciones. Es posible mejorar la calidad de atención a los ciudadanos. Es posible favorecer la inclusión social, el gran reto educativo era hace años eliminar el analfabetismo y hoy esa barrera la superamos, pero ahora nos encontramos con las barreras de la nueva realidad”, evidenció el alcalde, Emilio García Longo.

El proyecto arranca en Parres porque ahí lo han parido, pero el Gobierno de Asturias quiere extender la iniciativa al resto de concejos a través de los proyectos locales de incorporación social, promovidos a su vez por la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar.