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“Necesitamos vivir del parque nacional”, claman los empresarios de Cabrales

El sector turístico defiende la celebración de la Travesera: “En temporada alta hay mucha más gente en los Lagos o en Fuente Dé y no pasa nada”

Travesera Integral Picos de Europa

“Necesitamos vivir del parque nacional de los Picos de Europa”, evidencia el presidente de la asociación de empresarios turísticos de Cabrales, Sami W. Hammoudeh García. A su juicio, el futuro pasa inexcusablemente por hallar el equilibrio entre la celebración de actividades en el espacio protegido y la salvaguarda de los elementos naturales que lo conforman.

“No sé cómo se encuentra ese equilibrio, pero sí sé que lo primero son las personas” que viven vinculadas al parque. Por ese motivo, el colectivo que dirige Hammoudeh sigue luchando para que la Travesera Integral de los Picos de Europa se celebre una vez que se apruebe el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG), cuyo borrador prohíbe la disputa de carreras nocturnas.

“La Travesera cuenta con 450 participantes y se desarrolla una vez al año. La cantidad de personas que se reúnen es irrisoria si la comparamos con el volumen de visitantes que, cada día en temporada alta, acuden a los Lagos, Fuente Dé, la ruta del Cares o el Picu Urriellu”, subraya. “Hay, incluso, otras carreras que se celebran dentro del parque sin impedimentos, por eso no entendemos la incompatibilidad de la Travesera. La carrera se celebra en temporada baja, e inyecta una cantidad muy importante de dinero a quienes viven dentro y fuera del parque, en su área de influencia”, defiende. Al final, dice, el PRUG “no contenta a nadie, pero es evidente que los que vivimos aquí necesitamos vivir del parque”. Si no, el declive irá en aumento.

“En Cabrales, en apenas cien años, hemos perdido a la mitad de la población”, advierte. El trazado de una de las carreras más técnicas que se celebran por la montaña discurre por los senderos tradicionales de pastores “que cada vez son más difíciles de identificar, porque los propios pastores ya están en peligro de extinción”, subraya el empresario. “La explicación a eso es sencilla: el despoblamiento de la zona rural y las dificultades que, cada vez más, se encuentran quienes se dedican a la ganadería en extensivo”, apunta. “Si se siguen suprimiendo actividades, en poco tiempo acabaremos con los conflictos alrededor del espacio protegido, porque no va a haber gente que los genere”, lamenta.

Después, “van a tener que venir a cebar a los lobos, porque ellos tampoco van a tener ganado que les alimente. Al final, harán como los jabalíes que se pasean por los parques de Oviedo y de Gijón, tal vez allí sí les dejen hacer batidas cuando eso suceda”, afea.

“En este parque hay un conflicto de intereses con una difícil solución”, asume, “somos muchos los que vivimos de él y queremos que venga todavía más gente a visitarlo y a disfrutar la maravilla de paisajes, aunque también somos conscientes de que debemos mirar por el bienestar del paraje que lo hace tan único y espectacular”.

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