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Así será el nuevo IES Rey Pelayo: un edificio de bajo consumo y a salvo de inundaciones

El diseño del futuro centro cangués incide en la sostenibilidad y en la integración con el entorno

REPRODUCCIÓN DEL PROYECTO DE LUMO ARQUITECTOS.

El nuevo edificio para la ampliación del instituto de Secundaria Rey Pelayo, de Cangas de Onís, estará “perfectamente integrado en el entorno natural” de la localidad y aspira a ser un inmueble de “consumo energético casi nulo”. Se levantará en una superficie de 2.675 metros cuadrados y, entre sus materiales de construcción se cuentan la piedra caliza, la madera de castaño y la teja cerámica marrón. Tendrá una planta rectangular y será abierto hacia el Sur, con tres alturas y una cubierta inclinada. A ella se adosará un nuevo gimnasio, que será un espacio independiente con forma de cubo, elevado sobre el terreno y con acristalamiento en la mitad inferior, además de protecciones solares.

Se trata de un trabajo de diseño del que es autor el estudio ovetense de Lumo Arquitectos, fundado por los especialistas Alfredo Rodríguez y Javier García.

Recreación del futuro gimnasio y debajo una de las zonas de ocio.

En el desarrollo de la obra el Principado invertirá más de tres millones. De momento, este año Educación ha reservado una partida de 634.000 euros para iniciar los trámites y sacar a licitación los trabajos de reforma y ampliación del centro de Secundaria.

Porque a la nueva construcción se unen también las obras en el antiguo equipamiento. En el inmueble ya existente se plantea sustituir dos aulas por una sola de tecnología y hacer un pasillo de conexión con el futuro edificio. Este último se hará elevado en casi dos metros por encima del patio actual. Porque la idea es que “en toda la zona inundable” –así está calificado el espacio donde se levanta la zona educativa– no se sitúen “construcciones o elementos que puedan obstaculizar una posible avenida del río Sella”.

Área de jardín y esparcimiento del centro. | E. S. R. / REPRODUCCIONES DEL PROYECTO DE LUMO ARQUITECTOS

En cuanto al interior, el proyecto plantea espacios pensados para “alojar el programa educativo requerido con especial énfasis en crear nuevas tipologías de aulas, darle más importancia a las zonas comunes y considerar la arquitectura como elemento integrador entre los alumnos y el trabajo en grupo”. Habrá, como es natural, aulas, laboratorios, departamentos y el ya citado nuevo gimnasio. Se reubicarán los espacios de los cinco edificios que ahora forman la zona escolar y se creará un gran vestíbulo en la planta baja para conectarlos.

Según se recoge en el proyecto, los huecos y las fachadas están diseñados aprovechando las condiciones climáticas del entorno. Tendrán protecciones solares y los cerramientos de las aulas serán parcialmente acristalados y transparentes, para permitir el paso de la luz natural a los pasillos interiores. El planteamiento es evitar el efecto de “aula cerrada”.

En el patio inferior, donde se encuentran las canchas polideportivas y el aparcamiento, se realizarán dos tratamientos distintos en función de los usos.

Las canchas se reformarán, serán de aglomerado y ampliarán su superficie actual. Se elevarán sobre el terreno para dar continuidad visual al jardín botánico que existe a continuación de este espacio deportivo. El aparcamiento tendrá pavimento filtrante y césped “con la idea de integrarlo con el entorno protegido de la capilla de Santa Cruz”. Dispondrá de 26 plazas, seis con cargador para coches eléctricos y otras 12 con la preinstalación hecha para colocar en el futuro el soporte.

Vista lateral del nuevo edificio, integrado con los inmuebles existentes. | E. S. R. / REPRODUCCIONES DEL PROYECTO DE LUMO ARQUITECTOS

En el patio principal se instalará un aparcamiento para 44 bicicletas. Se hará “una renovación del cerramiento existente con paneles de chapa multiperforada y se incluirá nuevo arbolado”. Además, habrá “una nueva conexión accesible entre este patio y el acceso al edificio ampliado”. Será a través de rampas y escaleras apoyadas sobre muros de hormigón.

Con el objetivo de lograr un edificio de “consumo energético casi nulo” los arquitectos han cuidado los detalles técnicos para reducir la demanda de calefacción y de refrigeración. Pero también se hará teniendo en cuenta el objetivo de reducir el consumo de energía eléctrica en los sistemas de comunicación mecánicos del inmueble.

En cuanto a la climatización, se prevé garantizar la calidad del aire interior con recuperadores de calor y baterías. La calefacción se alimentará con una bomba de calor de aire y agua con un sistema “para obtener el mayor rendimiento”.

Existirá además un control de la iluminación artificial, para garantizar el ahorro de energía y el “confort visual”. Todos los consumos serán monitorizados para la eficiencia de la energía usada en cada espacio.

El objetivo del proyecto pasa por “la integración urbana y paisajística” y se ha diseñado un espacio teniendo en cuenta “el histórico instituto y sus edificios, la cercana ermita de la Santa Cruz, el actual jardín botánico y la presencia del río Sella”.

Al mismo tiempo, se dará solución a “múltiples requerimientos funcionales”: desde alojar un programa educativo diverso hasta “situar en condiciones de seguridad el edificio sobre terreno inundable” hasta conectar el nuevo edificio con el actual instituto y con las pistas deportivas. Se trata, en definitiva, de lograr un equipamiento singular por su “sostenibilidad y eficiencia”.

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