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Lue cumple el deseo de los Balbín Montoto

Se recupera la capilla de ánimas de la localidad colunguesa, impulsada por una pareja que murió sin verla hecha, derribada luego y reconstruida ahora

Testamento de Adela Balbín, pidiendo a sus hijos la construcción de la capilla. | VICENTE ALONSO

Las capillas de Ánimas son singulares construcciones arquitectónicas con pequeños altares en su interior que eran sufragadas generalmente por particulares, siendo lugares de oración y culto a las almas del Purgatorio o para el depósito de limosnas. Construidas entre los siglos XVII y XIX, en Asturias existen numerosos ejemplos en diferentes estados de conservación que solían edificarse en terrenos públicos, cruces de caminos o sendas muy transitadas, y en general, en los alrededores de viviendas de particulares o familias que abonaban sus costes y mantenimiento. En Lue (Colunga), la asociación vecinal “El Robledal”, con sus propios fondos y la colaboración y trabajo de algunos vecinos han reconstruido la capilla de ánimas de la localidad.

Retablo en cerámica de Manises con la representación de la Virgen del Carmen y escenas del Purgatorio. |  VICENTE ALONSO

Retablo en cerámica de Manises con la representación de la Virgen del Carmen y escenas del Purgatorio. | VICENTE ALONSO

Realizaron una obra que supuso varios meses para tratar de edificarla según su aspecto original, el de un simbólico templo, de finales del siglo XIX, que, debido a la ejecución de la Autovía del Cantábrico a su paso por la localidad, fue derribado por encontrarse en un área afectada por el trazado de la vía.

La historia de la capilla se remonta a la familia Balbín Montoto, residentes en lo que en la época se denominaba “La Venta del Chisquillo” (actualmente El Chisquillo). Dicha familia quiso levantar una capilla de ánimas, que no pudieron ver concluida al fallecer el matrimonio promotor antes de iniciarse los trabajos. Pero habían dejado encargado a su hija, de nombre Adela, este empeño. Esta también murió sin poder llevar a cabo el deseo de sus padres. No obstante, había dejado constancia clara en su testamento de que debía ser cumplido el mandato y fueron los hijos de ella –había tenido 14–, a mediados del siglo XX, los que iniciaron y culminaron la obra.

Vista exterior del entorno de la edificación. | |  VICENTE ALONSO

Vista exterior del entorno de la edificación. | | VICENTE ALONSO

“Afortunadamente, antes de su derribo, Senén Toyos, uno de los herederos de esta familia tuvo la precaución de recuperar las partes más significativas y bien conservadas de la capilla, como el retablo de azulejos fabricados en cerámica de Manises pintados a mano con escenas religiosas. También el altar, la puerta de forja o diversas piedras labradas que hoy pueden volver a verse tras la construcción de la capilla en un nuevo emplazamiento a la entrada de Lue”, explica Arturo Tuero, integrante de la junta directiva de la asociación El Robledal.

Por la izquierda, Francisco Caveda, Arturo Tuero, Javier Caveda, José Luis García, Senén Toyos y Juan García, ante la capilla.

“Para nuestra familia es muy significativo volver a ver en pie la nueva capilla por el recuerdo y deseos de nuestros antepasados y por conservar algunos elementos originales, especialmente el retablo de cerámica de Manisescon una representación de la Virgen del Carmen y escenas del Purgatorio. Son piezas de gran valor sentimental para nosotros y para la edificación”, explica Senén Toyos, descendiente de la familia Balbín Montoto.

Una labor encomiable de la asociación El Robledal y de los entusiastas vecinos “que han logrado recuperar una parte del patrimonio artístico-religioso de Lue” y que, de no haber sido así, se hubiera perdido para siempre.

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