Cualquier tiempo pasado fue mejor para el mercado comarcal de ganados de Cangas de Onís, convertido desde hace algunos años en un improvisado “cementerio” de vehículos municipales en desuso, a los que se unen materiales de construcción, otros residuos. Todo ello confiere a la zona una imagen de abandono, inadecuada para un recinto ferial, más aún por si situación, en el barrio de Gallinares, en la salida de la ciudad hacia Covadonga. A ello se suma la suciedad que se acumula fuera del recinto, pese a los contenedores allí localizados.
El mercado de ganados, una de las actuaciones más importantes del primer mandato del carismático alcalde Toño Vega Díaz, aunque proyectada en tiempos como regidor del recientemente fallecido Luis Miguel Ortíz Cortés, se ha ido convirtiendo en una instalación desaprovechada, pues, apenas acoge algún que otro evento ganadero a lo largo del año. Por el contrario, los retales de materiales de obras y los vehículos fuera de servicio y listos para desguace se acumulan en el lugar, a la vista de todo el mundo.
Desde hace años, a raíz de la entrada en barrena del citado mercado, se viene hablando de darle un giro y buscar un relanzamiento de la instalación para ponerla en valor, dada su ubicación y el espacioso aparcamiento del que dispone. Ahora, en plena crisis sanitaria por la pandemia de covid-19, las cosas no pintan bien, pero a buen seguro que cuando retorne la normalidad a la vida cotidiana, el Ayuntamiento buscará alguna salida satisfactoria a esa infraestructura ganadera.
El alcalde de Cangas de Onís, José Manuel González Castro, admitía ayer que la imagen del mercado de ganados no es la deseable. “Hay vehículos que fuimos dando de baja en los últimos tiempos. Dos este mismo año, otros dos en 2019 (entre ellos un camión de la basura), tres hace más tiempo... E incluso hay un vehículo particular que quedó ahí por retención judicial. Todos están depositados allí provisionalmente”, subrayó el regidor.
González Castro aseguró que lleva tiempo trabajando para desafectar los vehículos y enviarlos a un desguace, pero el proceso burocrático es “larguísimo” y “muy complejo”. Explicó que hay que realizar una valoración, después una tasación, a continuación proceder a su desafectación abriendo un concurso público... “Resulta tremendo desafectar un bien municipal”, clamó el Alcalde, que aseguró que el trámite irá a partir de ahora rápido y se completará “en unas semanas”.
