La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La hostelería riosellana prepara la reforma de sus locales ante la nueva ordenanza de terrazas

“Sin remedio hay que acatarla”, dicen los empresarios sobre una norma que prevé multas de 750 euros por escanciar fuera del “chisqueru”

Arantxa Bulnes, de Sidrería La Nansa, ayer, escanciando en un “chisqueru”. | Á. Fernández

Los hosteleros de Ribadesella planifican ya reformas para acatar la normativa por la nueva ordenanza de terrazas de Ribadesella, que entra en vigor con multas de hasta 750 euros por escanciar fuera de los chisqueros, lo que se considerará una infracción leve.

Pero hay otras cuestiones de la nueva ordenanza que preocupan mucho a los hosteleros. Por ejemplo, aspectos que se considerarían infracción grave según la ordenanza, como invadir el espacio de 1,80 metros desde la fachada del edificio hasta la zona que se determina como itinerario peatonal.

También tendrán que respetar más 40 centímetros de separación con el borde de la acera a la hora de colocar las terrazas. En caso de incumplimiento, se arriesgan a una multa que van desde los 750 hasta los 1.500 euros. La obligación, desde ayer, de cumplir con esta normativa se extiende a mantener limpio el tramo ocupado de terraza y el de tránsito.

Los hosteleros saben que esta es una normativa que iba a llegar, pues es la respuesta a una sentencia de hace años, por lo que ahora, resignados, planifican la reforma de sus terrazas. “Supone una inversión”, dicen desde el Bar Sebas. “Sin remedio, hay que acatar la norma, será mejor y menos duro cuando desaparezcan las medidas covid”, asegura José Manuel Llera, de Sidrería La Marina. La mayoría de las terrazas de Ribadesella quedarán así reducidas a una sola línea de mesas.

Tal como apunta Francisco Javier González, de Taberna El Escribanu, en verano, con el tránsito de gente por delante del local y la terraza más alejada de la fachada, los camareros deberán tener más cuidado a la hora de servir las mesas. Todos los hosteleros están ya “con el cambio en mente”, aunque, según opina González, “esto no va a solucionar un problema que no existe”. En el Restaurante El Ancla, preparan ya “un desembolso para instalar una terraza cerrada que dé más servicio”.

Compartir el artículo

stats