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Analizan si dos implicados en el asesinato de Javier Ardines confesaron bajo presión

El presunto sicario Benatia sostiene que le aislaron como a un terrorista y el supuesto intermediario Muguruza aduce que no le ofrecieron abogado

Djilali Benatia. | Ángel González

La confesión de Djilali Benatia, uno de los supuestos sicarios que mataron al concejal de IU de Llanes Javier Ardines el 16 de agosto de 2018, allanó la investigación y llevó a la detención del resto de implicados. Pero Benatia, cuya defensa corre a cargo de Adrián Fernández, se desdijo luego y arguyó que, en el fondo, había confesado por las presiones de la Guardia Civil. Su defensa ha presentado un recurso de nulidad de las actuaciones, comenzando por el auto de la jueza de Llanes que autorizó mantener a Benatia aislado en prisión. Y es que considera que esta medida solo es posible en casos de terrorismo o criminalidad organizada.

La Sala de lo Penal del TSJA abordará hoy jueves esta petición de nulidad, junto al resto de las cuestiones que ya fueron rechazadas por la sección segunda de la Audiencia Provincial de Asturias meses atrás, como la nulidad de las escuchas. La vista será a las once y media de la mañana y los cuatro implicados en el crimen, que se enfrentan a penas que suman un siglo de prisión, comparecerán por videoconferencia desde las prisiones en las que se encuentran, en Navarra, el País Vasco, León y Cantabria.

También fue rechazada la nulidad de la declaración de Jesús Muguruza, el amigo del presunto instigador del crimen, Pedro Luis Nieva, al que habría conectado con los sicarios. La defensa de Muguruza, a cargo de Luis Mendiguren, sostiene que se le llamó a declarar como testigo y terminó autoinculpándose, sin que se le brindase la oportunidad de asistencia letrada, lo que supondría un caso claro de indefensión, puesto que, de haber estado presente un abogado, quizá le hubiese aconsejado no continuar con la declaración. Esta declaración despejó la resolución del caso, que ya acumulaba en aquel momento medio año de investigaciones, aunque desde el principios las sospechas recayeron en el supuesto instigador del crimen, Pedro Luis Nieva, casado con una prima de la esposa de Ardines, y que buscaría vengarse de este por tener una relación secreta con ella.

Presiones en prisión

Los cuatro implicados ya comparecieron por videoconferencia en las vistas celebradas en meses pasados, una de ellas para decidir la prórroga de la prisión provisional. El otro sicario implicado, Maamar Kelii, defendido por Fernando Barutell, implicado por Benatia, niega haber participado en el crimen y también haber escapado de la justicia a Suiza. Benatia llegó a denunciar presiones de Kelii en la cárcel de Asturias para cambiar su declaración, algo que hizo finalmente.

El juicio contra los cuatro implicados, que se enfrentan a 25 años de cárcel, se celebrará a partir del 3 de septiembre, tres años después del crimen, aunque previamente se seleccionará a los miembros del jurado el 18 de junio.

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