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Pimiango quiere ser “La perla del Oriente”

Vecinos y Ayuntamiento trabajan para poner en valor el patrimonio de la localidad de Ribadedeva, que aspira a ser “Pueblo ejemplar de Asturias”

Esteban Raposo, en uno de los rincones del interior de “La Librería”. A la derecha, exterior del edificio, que ha sido rehabilitado. | A. F. | Á. F.

Es una localidad conocida y reconocida por su patrimonio natural y cultural. Alberga entre sus tesoros la prehistórica Cueva del Pindal –declarada Patrimonio de la Humanidad–, el faro más oriental de Asturias, las impresionantes ruinas del Monasterio de Tina o un encinar único a los pies del Mar Cantábrico. Durante siglos este lugar fue cuna de “los mansoleas”, artesanos zapateros con jerga propia reconocidos por la calidad de su trabajo y profesionalidad allá por donde fuesen.

Se trata de Pimiango y, esta atalaya, con una de las mejores vistas de la costa asturiana, ronda el centenar de vecinos. Situado en lo alto del concejo de Ribadedeva, es ya conocido a través de su perfil en redes sociales y su página web como “La Perla de Oriente”. El lugar ha sido propuesto además varias veces a la candidatura de “Pueblo ejemplar de Asturias” y no cesa en su empeño de darse a conocer. Desde hace un tiempo llama la atención el proyecto de los vecinos por recuperar más aún la vida del pueblo. Y uno de los más recientemente llegados, Esteban Raposo, participa de ese propósito: pronto abrirá las puertas de un negocio, aunque, aquí, dicen quienes viven en la localidad, “la puerta está siempre abierta”.

Vista de la zona donde se ubica el antiguo depósito, que aparece al fondo. |

El nombre con el que bautizará el establecimiento es “La Librería de Pimiango”, una curiosa iniciativa porque no se tratará de un comercio tipo ni mucho menos. Los libros tendrán mucho protagonismo, pero será además un lugar para comer o tomarse algo, para promover la vida de la localidad. Esteban Raposo, el ilusionado promotor de la iniciativa, cuenta con la colaboración y dedicación de casi todo el pueblo.

El edificio en el que se encuentra era hasta hace poco una pequeña cuadra abandonada. Ahora, después de cuatro años de intenso trabajo y esfuerzo, de la mano de su impulsor y de trabajadores locales, lo que ya todos conocen como “La Librería” está en pie gracias a la obra del cantero, el carpintero o el albañil más cercanos y “con el apoyo del resto de mansoleas” abrirá al público el 1 de junio.

Pimiango quiere ser “La perla del Oriente”

Se hace así realidad el sueño de Esteban Raposo, que después de dar la vuelta al mundo en barco y dedicar media vida a trabajar en la industria farmacéutica, dejó todo atrás y olvidó su vida en Madrid para vivir en Pimiango. Con su proyecto se avanza también en las esperanzas de la localidad de seguir caminando hacia el objetivo de una localidad que quiere poner en valor el conjunto de su oferta turística.

“La Librería" está repleta de pequeños detalles, fotografías, mapas, curiosos objetos e históricos muebles. Aunque, sin duda, los protagonistas indiscutibles son los libros. La primera planta, con una pequeña taberna en la que comer o tomarse algo, ya está llena de ellos. La segunda contiene una amplia biblioteca dotada de centenares de ejemplares, la mayoría especializados en viajes, pero con otros muchos títulos de narrativa, clásica o moderna, en castellano, inglés o francés. Ediciones para rebuscar, para todos los públicos y para todos los gustos. Aquí funcionará el intercambio de libros, la compra-venta o el préstamo.

“Se trata de un lugar en el que sentirse a gusto y estar como en casa, es un orgullo haberlo conseguido”, explica Esteban Raposo. Los proyectos se agolpan en torno a este nuevo espacio. Vecinos de Pimiango pasan por allí desde primera hora de la mañana para dejar libros y proponer sus ideas. Creen que pronto será posible celebrar encuentros literarios, talleres o concursos de relatos. Muy cerca de este refugio de historias y palabras se levanta la figura más emblemática del perfil de la localidad: el antiguo depósito de agua.

Hace unos meses, el Ayuntamiento de Ribadedeva encargó un informe técnico sobre el estado de esta estructura y muy recientemente se ha publicado su resolución, con desenlace favorable para ser reparado. Desde el Consistorio, tal como explica su alcalde, Jesús Bordás, plantean “repararlo como icono arquitectónico local” con el fin de convertirlo en un mirador desde el que se disfrute de una vista privilegiada hacia el horizonte del Mar Cantábrico o hacia las elevadas cumbres de los Picos de Europa.

La propuesta, cuya decisión se someterá a la autorización de los vecinos de la localidad, ha sido por el momento muy bien recibida. Entre todos se proponen ya decidir los detalles que pueden adornar el edificio más alto de la localidad, el que pretende convertirse en el nuevo elemento del que Pimiango quiere hacer gala.

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