Buena parte de los vecinos del núcleo rural de Villanueva, a la vera del Sella, en término municipal de Cangas de Onís, donde se enclava el Monasterio de San Pedro de Villanueva –hoy convertido en parador de turismo–, llevan algún tiempo aguardando a que las autoridades competentes subsanen una retahíla de baches que destacan en la principal calle de la localidad y que se acentúan en épocas de lluvia. De momento, parece ser que las gestiones han sido infructuosas ante el Ayuntamiento cangués y los socavones se van agrandando poco a poco. Y todo en un pueblo de la ribera del Sella que tiene especial encanto para los visitantes, cada vez más por estas fechas, informa J. M. CARBAJAL