La Guardia Civil sospechaba que en un bar de la calle Calzada de Ponga de Cangas de Onís, al que también acudían sobre todo jóvenes, algunos menores, se estaba traficando con droga. Cuando entraron en el local, el 19 de marzo de 2019, se encontraron con que, en la zona del almacén, donde se realizaban las trasacciones, había hasta cinco vasos de chupito repletos de sustancias ilegales, debajo de una mesa camilla. Había 8,83 gramos de cocaína, 5,64 gramos de MDMA (éxtasis) y 4,32 gramos de cannabis. Todas estas sustancias estaban destinadas al tráfico ilícito, según sostiene la Fiscalía, que pide cuatro años de cárcel para el propietario del bar, J. E. P. G., de 41 años, que se sienta esta mañana en el banquillo de la sección tercera de Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Oviedo.

Los guardias encontraron diversos recortes de plástico para la preparación de las dosis, una báscula de precisión, un bote de sosa cáustica para mezclarla con la droga y diversas anotaciones con nombres y cantidades, los supuestos clientes a quienes “suministraba” el acusado. Bajo la barra había además un “grinder”, que se utiliza para el triturado de marihuana y que además tenía restos de dicha sustancia.

Aparte de la pena de prisión, el ministerio público solicita el pago de una multa de 3.042 euros, con un día de privación de libertad por cada 100 euros no satisfechos.