Los bañistas del arenal riosellano de Santa Marina asistieron en la mañana de ayer a un hecho que les dejó atónitos: una granada de mano era desenterrada de la parte alta de la playa. Según señalan fuentes del Ayuntamiento, fue un vecino con un detector de metales, quien, mientras paseaba con el artilugio en busca de “tesoros”, realizó el hallazgo.

Tras el suceso se avisó a las autoridades, e inmediatamente enviaron al equipo de artificieros para examinar lo sucedido. Tras una comprobación, recogieron, y pusieron a buen recaudo el arma, que por la apariencia oxidada, intuyen que podría datar de la Guerra Civil, y el mar o el río lo había arrastrado hasta allí. Ante ese descubrimiento, toda la zona estuvo acordonada mientras duró el dispositivo policial, que causó gran expectación entre vecinos y visitantes.