Depués de haber trabajado efectuando muchas instalaciones en pueblos de la zona oriental de Asturias y comprobar de manera cotidiana la poca o nula velocidad para la utilización de la red que recibían los usuarios, cuatro jóvenes de Cangas de Onís y Parres se pusieron como objetivo hacer llegar internet de calidad a la zona rural y facilitar este servicio a sus habitantes. También a las personas que querían ir a vivir a entornos rurales y para las que era imprescindible tener una buena conexión para poder teletrabajar.

En definitiva, la meta era lograr dar un servicio en lugares donde intentar acceder a la red o descargarse algún contenido era toda una aventura más propia de otros siglo. Defienden la existencia de servicios de calidad en las localidades más pequeñas o más aisladas y decidieron sumar sus conocimientos y experiencia para apostar por el entorno del que son y donde han decidido seguir viviendo.

Así, a finales de 2019 la idea comenzó a rondar en la cabeza del grupo de amigos, pero no fue hasta febrero del pasado año cuando arrancaron el proyecto. “Cuando lo propuse pensé que me iban a poner peros, pero no pusieron ni uno”, comenta Alberto González, uno de los impulsores de la iniciativa.

El reto de la primera instalación llegó justo antes de iniciarse la pandemia y desde entonces ya son más de trescientos los clientes que la compañía, que han bautizado como A.I.R Asturias, ha sumado en la comarca. Tantos como los que ya disfrutan del internet rural, la fibra o de la cobertura que ofrecen para los móviles. Su visión hizo posible que muchos niños pudieran seguir las tutorías y clases online durante la pandemia y que muchas personas pudieran teletrabajar sin temer quedarse vendidos por calidad deficiente de la red.

Buscan lugares con mala cobertura a los que llevan internet rural a través de repetidores propios en unos pueblos y, en otros, hacen llegar la fibra lanzando la señal a través de antenas. Ya han instalado catorce repetidores entre Cangas de Onís, Parres y Piloña y ahora el objetivo es hacer lo mismo en Amieva, Ponga y Cabrales.

Félix González y Juan Carlos Fernández trabajaban juntos como técnicos electrónicos en una empresa de telecomunicaciones en Cangas de Onís. Alberto González y Cristina Pérez como técnicos informáticos en dos empresas, en Arriondas (Parres). Cristina fue la última en incorporarse al proyecto.

“Empezamos con el internet rural y la gente empezó a llamar para la cobertura de los móviles y fue cuando llamamos a Cristina”, comenta Félix González. Y es que también han reunido en una misma tarjeta sim tres de las cuatro coberturas disponibles en España, puesto que en muchas localidades de la comarca hay una sola cobertura. La tarjeta no puede ser más representativa de la empresa: por un lado la imagen del puente “romano” de Cangas y, por la otra la basílica de Covadonga. “La cobertura es nacional”, comenta Juan Carlos Fernández.

Sus instalaciones se hacen en los edificios de los clientes y para concejos como Ponga o Amieva, utilizarán repetidores públicos. No descartan ampliar servicios puesto que aseguran que son los propios clientes los que les van llevando a innovar. “Estamos muy agradecidos a todas las personas por la acogida que tenemos en la zona”, comenta Cristina Pérez.