El destino de la localidad de Bulnes cambió tal día como hoy hace 20 años. Un 17 de septiembre de hace dos décadas se inauguró el funicular, la alternativa de acceso al pueblo a la única forma que había hasta entonces de subir o bajar a él: ir a pie por la canal del Texu.

El remonte mecánico une desde entonces las localidades cabraliegas de Poncebos y Sotres a través de un túnel de 2,3 kilómetros, con una pendiente del 18 por ciento. Iba a suponer una inversión de 7,87 millones de euros, pero finalmente rozó los 12 millones de euros. El proyecto, largamente esperado para paliar la incomunicación del pueblo, fue impulsado siendo presidente del Principado Sergio Marqués e inaugurado por su sucesor en el cargo, Vicente Álvarez Areces.

La infraestructura no estuvo exenta de polémicas ni antes de inaugurarla ni una vez abierta al público. La falta de un horario de servicio amplio o las posibilidades respecto al transporte de mercancías fueron algunos de los puntos que suscitaron debate entre los vecinos, que tienen el último viaje a las 18.00 horas en invierno y a las 20.00 horas en verano.

Hoy nadie pone en cuestión la infraestructura ni los beneficios que ha traído, más cuando se recuerdan las penosas condiciones que implicaba el ascenso a pie y con carga por el canal del Texu. Pero ello no impide que algunos vecinos entiendan que una carretera o pista rodada quizás hubiera sido la mejor solución. También hay quien está conforme, aunque “todo se puede mejorar”y siguen solicitando mejoras para el pueblo.

“Es lo que tenemos”, dicen los vecinos que han amoldado sus vidas al funcionamiento del funicular. Sí tienen claro que lo que se impulsó como un servicio a los bulniegos también ha terminado siendo un transporte para el turismo en el que también viajan los residentes.

LA NUEVA ESPAÑA subió ayer en el funicular a las diez de la mañana, en el primer viaje abierto al público, compartiendo vagón con varios trabajadores que tienen sus empleos en los establecimientos de hostelería de Bulnes, que han aumentado tras la apertura del tren. También con varios turistas y con los sacos del pan del día, que el panadero deja en la puerta de la instalación y recogen vecinos o trabajadores de la zona.

Las hermanas Graciela y Dahiana Medina –la primera empezó hace 19 años a trabajar en Bulnes–, ambas naturales de República Dominicana aunque residentes en Cabrales, acudían ayer al trabajo junto a Natalia Mier, de Bulnes, aunque ya no reside allí y que también va a trabajar al pueblo. “El funicular ha cambiado esto para bien, de como estaba antes de no tener nada. Ahora hay más negocios en Bulnes”, dice Mier.

Turistas, ayer, accediendo al remonte en Poncebos. | María Villoria

El propio funicular da trabajo a 10 personas de la zona todo el año. Desde 2005 lo gestiona la empresa Alsa y el billete tiene un coste de 22,16 euros ida y vuelta. Sacar billete para solo uno de los dos viajes cuesta 17,61 euros. El coste del servicio, para un trayecto que dura entre 7 y 8 minutos, es otro de los asuntos que sigue generando polémica, no solo entre los vecinos, también entre los turistas.

El presidente del Principado, Adrián Barbón, visitará hoy, viernes, la infraestructura del funicular de Bulnes para celebrar la efeméride de la apertura de una de las mayores obras de ingeniería realizadas en Asturias. Así lo comprometió en su última visita a la localidad de Sotres, el pasado 4 de agosto, cuando anunció su presencia para conmemorar la efeméride que se cumple hoy: los 20 años de una iniciativa que contribuyó a paliar la situación de aislamiento del pueblo.