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Denuncian el “deplorable” estado del mirador del Fitu y su entorno

Parte de la barandilla de madera que servía de pasamanos está rota y tirada por el suelo y la vegetación se “come” la atalaya

Un grupo de turistas, en el mirador del Fitu, con la barandilla de madera rota. | J. M. C.

El mirador del Fitu, en el concejo de Parres, presenta un estado de conservación “deplorable”, con parte de la barrera de maderas que servía de pasamanos rota y tirada por el suelo y con abundante vegetación “comiendo” parte de la que es una de las atalayas más populares de Asturias, visitada cada año por decenas de miles de personas. Algunos visitantes han lanzado la denuncia.

Ese paraje es uno puntos neurálgicos para el turismo de naturaleza que busca descubrir espectaculares “estampas” durante todas las estaciones del año, aunque, preferentemente, en temporada estival. La falta de mantenimiento es la asignatura pendiente. Una imagen de dejadez que choca frontalmente con la imagen que se pretende dar de Asturias en el exterior en las campañas de promoción turística que impulsa el Gobierno del Principado.

Desde ese impresionante “balcón”, cuando acompaña el tiempo, puede contemplarse la reserva de la sierra del Sueve, el parque nacional de los Picos de Europa y el parque natural de Ponga. Todo en una panorámica angular indescriptible, que involucra a los concejos de Parres, Caravia, Ribadesella, Colunga, e incluso, en la distancia, al de Cangas de Onís.

El mirador del Fitu fue inaugurado a finales de agosto de 1927 por el doctor Pimentel. Hace tiempo, la Asociación Amigos de Parres viene pidiendo a los organismos competentes la mejora y acondicionamiento de esa atalaya. De momento estas reclamaciones no han obtenido eco en las administraciones.

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