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Ana Labad y sus anchoas de Lastres, premio a la "Mujer Rural": “Los pueblos necesitan más emprendedores”

La Red Asturiana de Desarrollo Rural (Reader) reconoce el valor de poner en marcha una conservera siguiendo los métodos tradicionales

Ana Labad: "El mundo rural necesita más emprendedores"

Ana Labad: "El mundo rural necesita más emprendedores" A.P./ A.D.

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Ana Labad: "El mundo rural necesita más emprendedores" A.P./ P. T

Ana Labad Cruz continuaba recibiendo, a lo largo del día de ayer, numerosas felicitaciones tras saberse que ha sido galardonada con el premio “Mujer Rural” 2021 por la Red Asturiana de Desarrollo Rural (Reader). El jurado la seleccionó entre otras 29 candidaturas de mujeres rurales de toda Asturias por poner en marcha en Lastres una conservera de anchoa siguiendo los métodos tradicionales; realizar un producto de enorme calidad y, al tiempo, llegar a contratar a ocho mujeres con experiencia en el sector conservero de la anchoa, la mayor parte con edades superiores a los 50 años. Estas, junto al marido de la premiada, Agustín Fernández Margolles, forman un equipo imprescindible para sacar adelante un producto gourmet, con la calidad que lo prestigia.

De izquierda a derecha, Luisa Granda, Mercedes Cruz, Natacha Vallina, Ana Labad, Icíar Menéndez y Fátima Alonso, trabajando ayer en Luces (Lastres).

“Este premio, para mí que vine de Madrid y decidí emprender aquí con mi marido, natural de Lastres, me produce un orgullo enorme. Aquí empecé una nueva vida en todos los sentidos. Reconocer esta iniciativa, la de recuperar el trabajo artesanal con la conserva de la anchoa, sirve también para poner en valor el trabajo de tantas mujeres que hicieron historia en Asturias trabajando en las conserveras. En este caso creo que visibilizará una labor que está retornando no sólo aquí, en Lastres, también en otros puntos de Asturias”, dice esta emprendedora rural que habla con pasión, y con emoción, del mundo rural y de la visibilización de la mujer en el mismo.

Ana Labad comenzó a trabajar en Lastres en el negocio familiar de su marido, Alimentación Hazas, con gran raigambre en el puerto lastrín, pues se fundó en 1906. Según señala en su candidatura al premio esta mujer, que estudió Marketing y Gestión Comercial, “observaba como los turistas demandaban cada vez más la anchoa de Lastres que elaboraban los dos operadores locales”. Contactó con varias antiguas trabajadoras de las desaparecidas conserveras lastrinas y, contando con sus consejos y experiencia, decidió, junto a su marido, poner en marcha “su pequeña fábrica”. Así lo recuerda ella tres años después de su apertura trabajando entonces, su suegra, ya jubilada, su marido y ella.

“Yo aprendí todo con ellas, las bases fundamentales para hacer una anchoa de calidad excepcional y trabajadas de forma artesanal”, recuerda con cariño. Importante para esta emprendedora reconocida como “Mujer Rural” 2021 es trabajar con productos kilómetro cero y así recuerda que “las redes del envase están hechas por Teté Costales, redera de Lastres; el expositor de madera lo hace un carpintero de Luces y el diseño del producto lo realiza Alex, que vive en La Isla”, matiza.

Sobre el éxito de su producto Ana Labad entiende que “es porque creemos firmemente en lo que hacemos y lo hacemos como antes, como antaño, con un trabajo delicado y concienzudo que lleva mucho tiempo para lograr un producto de gran calidad. Seguimos uno a uno todos los pasos que se nos enseñaron, sin prisa, y con el plus de una limpieza muy exhaustiva” explica esta mujer que al tiempo recuerda que allí se aprovecha todo.

Labad cree en el emprendimiento en el campo, de hecho afirma rotunda que “lo que necesita el medio rural es más, muchos más emprendedores”. “Yo animo a la gente que lo haga pero eso sí, sabiendo que hay que ser muy consciente de saber dónde te metes; ser luchador, perseverante y continuar cuando vienen mal dadas. Nunca hay que darse por vencido porque hay muchas trabas en el camino y a veces es difícil y largo pero también, y en la misma proporción, satisfactorio aunque a veces nos topemos con la tremenda burocracia”, explica.

Ella considera que, en la actualidad, la mujer rural ha empezado a estar más reconocida y valorada que antaño, sin embargo matiza que “aún queda mucho por delante”. “Es cierto que empezamos a tener una mayor visibilidad pero teníamos que tener mucha más. Yo creo que nos deberíamos animar todas a hacer más cosas”, señala Labad.

Dedica su premio a “todo el equipo de Anchoas Hazas porque al final somos el equipo al completo quienes estamos haciendo posible el éxito del producto, con un prestigio reconocido a nivel mundial”. “También se lo dedico a mi marido, a mi hijo de siete años, a toda mi familia y a todos esos amigos que nos han aguantado muchísimo, además de a las mujeres que nos enseñaron sus saberes tradicionales”, dice sonriendo.

La premiada recibirá una escultura diseñada por el artista asturiano Kiko Urrusti en un acto que tendrá lugar el 15 de octubre, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer Rural, en Pola de Lena. Ana Labad Cruz es la cuarta premiada por La Red Asturiana de Desarrollo Rural. Las anteriores fueron Isabel Álvarez Rodríguez (San Antolín de Ibias) en 2018; Josefa Vega Suárez, de Carreño, en 2019 y Ana Inmaculada Adeba, de Villayón, en 2020.

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