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Así se abre camino en Cabrales

Una treintena de vecinos logra, tras 25 días de desbroce y picando piedra, habilitar de nuevo la calzada de Caoru

Los vecinos, durante la sextaferia en la calzada de Caoru. | M. V.

La unión de una treintena de vecinos de Cabrales ha hecho posible recuperar los que hasta hace unos meses eran puntos casi intransitables de la calzada romana de Caoru. Parte de las inmediaciones de Arenas de Cabrales y fue durante mucho tiempo vía de acceso desde Castilla, además de comunicación con Liébana y paso constante de transhumancia. Este último uso se mantiene, puesto que el ganado accede por ella a las majadas de la sierra de Portudera. El estado de la calzada romana ponía en riesgo el paso de los animales y los vecinos decidieron recuperar la figura de los adobejos, la forma en la que en Cabrales se denomina a las sextaferias, para arreglar el camino.

Comenzaron el pasado mes de junio y, tras solicitar los permisos, realizaron un desbroce durante nueve días. Las ramas, los troncos y la maleza ocupaban el espacio que antes era camino. No se había hecho ninguna limpieza en años. De hecho, uno de los últimos adobejos que se recuerdan en la calzada lo hizo el padre de uno de los voluntarios actuales, Cándido Nava, junto a Francisco Fernández hace ya décadas. En esta ocasión ha sido Fernando Nava quien ha participado en los trabajos junto a otros muchos vecinos. Tanto es así que esta primera acción ya facilitó el paso de la Traveserina, prueba deportiva del concejo. También construyeron una pasarela para el ganado.

Para llegar a los puntos de actuación los voluntarios caminaban entre media hora y una hora y media con instrumentos como motosierras o podadoras. Hasta que empezaron a trabajar podía pasar un caballo pero sin carga. “Si queríamos llevar pienso o cualquier otra carga era imposible”, comenta Tyrone Mactley, uno de los voluntarios. Cada uno fue aportando sus conocimientos a la actuación, subiendo cuando disponían de tiempo y pasando en las zonas afectadas jornadas enteras. Jóvenes y mayores compartieron labor para mejorar un paso histórico y de gran importancia.

El Ayuntamiento aportó el material y gestionó los permisos con Patrimonio y los porteos del material por helicóptero. También recibieron la ayuda de la Entidad Local de Arenas. La segunda parte de la actuación se centró en la retirada de piedras de gran tamaño que habían caído sobre la calzada en un argayo en 2018 en la zona de Fuentemala. Para ello, los vecinos utilizaron herramientas para romperlas y hacer palanca. Parte de ellas se utilizaron para recomponer la calzada, otras se reubicaron.

El resultado: hacer de nuevo transitables los puntos que ya no lo eran. Las actuaciones se retomarán el próximo verano para un mantenimiento constante. “Este año nos llevó nueve días el desbroce; el próximo año, en una jornada, entre todos podremos hacer el mantenimiento y desbroce”, comentó Tyrone Mactley. Tras unas 25 jornadas de trabajo, todos se muestran orgullosos.

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