Los cuatro acusados de matar al concejal llanisco de IU Javier Ardines, el 16 de agosto de 2018, ya han sido trasladados a la cárcel de Asturias desde las prisiones de Villahierro (León), Nanclares de Oca (Vitoria), Pamplona (Navarra) y El Dueso (Cantabria), donde estaban ingresados en prisión preventiva. El primero en ser trasladado fue Djilali Benatia, el pasado día 9. La prisión ha tomado medidas para evitar incidentes como las amenazas denunciadas por Djilali Benatia proferidas por Maamar Kelii cuando ambos coincidieron en el mismo módulo, y que llevaron al traslado de ambos fuera de Asturias. Benatia había declarado ante la UCO y la jueza de Llanes que habían sido Maamar Kelii quien estrangulase a Javier Ardines, aunque ambos habían recibido el encargo, por parte de Pedro Luis Nieva, de darle solo un paliza, en venganza por la supuesta relación que el concejal mantenía con la mujer el instigador de la agresión. Tiempo después del incidente, Benatia, defendido por el abogado Adrián Fernández, se retractó de su primera declaración y la atribuyó a las “presiones” de la UCO. Kelii, defendido por Fernando Barutell, niega haber estado en Belmonte de Pría el día del asesinato, a pesar de que un móvil utilizado por él y su familia dio señal en el esa zona el día del crimen.
Todo está listo para la celebración en la Audiencia del juicio más esperado. El viernes de la semana que viene, día 29, tendrá lugar la selección del jurado, para iniciar, el 2 de noviembre, las vistas con las cuestiones previas y el interrogatorio de los acusados, menester para el que se han reservado tres sesiones, hasta el día 4. A continuación serán las declaraciones de los testigos del caso, del 5 al 19 de noviembre, a lo largo de diez sesiones. Los días 23 y 25 de noviembre será el turno de las periciales, reservándose los días 26 y 29 para las conclusiones de las partes. El 30 de noviembre está previsto que se conforme el objeto del veredicto y se reúna el jurado para deliberar. No obstante, se han reservado otras tres jornadas, del 1 al 3 de diciembre, por si las deliberaciones del jurado o las declaraciones y testificales se extendiesen más de lo previsto.
Una de las claves del juicio es la nulidad de la declaración de Jesús Muguruza, amigo de Pedro Luis Nieva y la persona que supuestamente le conectó con los sicarios del crimen. Muguruza fue citado como testigo por la Guardia Civil, pero terminó autoinculpándose, sin que se le brindase un letrado ni se le leyesen los derechos. A partir de ahí, los agentes, que ya sospechaban de Pedro Luis Nieva –porque él mismo grabó una conversación picante entre su esposa y Ardines y la remitió a la mujer del edil–, fueron tirando del hilo hasta desentrañar el misterio del crimen del concejal. El TSJA anuló esta declaración, pero no el resto de actuaciones derivadas de ella, al considerar que los agentes hubiesen llegado a las mismas conclusiones por sus propios medios.
