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“Es hora de jubilarse”, dice el hostelero riosellano que logró el sueldazo de la ONCE

José Ángel Prida no prevé, en principio, reabrir la cafetería River, que regenta desde hace 35 años en Ribadesella, y valora traspasar el negocio

La cafetería River, cerrada desde el pasado domingo. | María Villoria

La vida de José Ángel Prida cambió el pasado domingo para siempre. La fortuna quiso que este vecino de Ribadesella fuera el agraciado con el cupón y el sueldazo de la ONCE del pasado día 24 de octubre, una fecha que nunca podrá olvidar. El premio son 300.000 euros en efectivo y 5.000 euros al mes durante veinte años. Y desde que se supo de su fortuna, la conocida cafetería River, que regenta en la capital riosellana, permanece cerrada. El pasado martes tampoco abrió. Según explicó ayer el propio agraciado, su intención en principio, es no volver a abrir y probablemente traspasar el negocio tras 35 años al frente y tres más trabajando para el dueño anterior. Tiene 60 años y cree que con los años cotizados ya es hora de jubilarse, según él mismo señaló.

Cuenta asimismo cómo supo de que la suerte le había sonreído. El mismo domingo vio el resultado del sorteo y de memoria recordó que las dos últimas cifras coincidían. Decidió ir a comprobar el número completo y fue cuando se encontró con la inesperada sorpresa.

“Recordé las últimas cifras”

“Recordé que las dos últimas cifras coincidían y cuando fuí a buscar el cupón y vi que coincidían las 5 cifras y la serie me empezó el corazón a latir fuerte y me quedé...”, señalaba ayer.

La suerte llegó de la mano del vendedor de la ONCE Juan José Hernández Martínez, vecino del barrio de la Cuesta, en Ribadesella, y que reconoció que después de siete años vendiendo cupones, el del domingo era el premio más grande que ha dado.

En estos días recibió la llamada del ganador para agradecerle su papel en la venta del cupón premiado. El número fue el 35.660 y la serie la número 23. Fue un cupón emitido a través del terminal que lleva el vendedor.

Aún ayer los vecinos de Ribadesella le seguían felicitando al encontrarle por la calle por haber traído la suerte a un vecino de la villa riosellana. Desde el pasado lunes que se conoció la noticia, las ventas han subido un poco y más aún ayer, día de mercado en Ribadesella.

José Ángel Prida, el afortunado con el premio, no ocultaba ayer su alegría e insiste en que quiere seguir llevando una vida tranquila y volver al anonimato “cuanto antes”. Quiere seguir con su vida en Ribadesella, junto a su mujer Esther Benito, que trabajaba con él en el negocio, y su hija.

No sabe exactamente qué hará a partir de ahora, pero lo que sí tiene claro que seguirá viviendo en su localidad, en Ribadesella, insiste.

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