No es verano y por Posada de Llanes hay una treintena de madrileños. No es época estival y, aún así, hay pasacalles y folclore. Y es que la muestra organizada por la Asociación de Empresarios de Posada (Asepo) tenía como objetivo, precisamente, “traer gente al pueblo en los meses menos turísticos”. Y, siendo otoño, ayer, no solo se bailó, también tocó degustar fabada y arroz con leche.

El folclore se muestra en Posada

La jornada comenzó con pasacalles de los tres grupos participantes en la primera edición de la muestra. Los madrileños bailarines de jotas “Los Chachipes”, “L’ esperteyu” de L’Entregu, y “Los Valdelleros” como representación local. La expectación generada fue máxima, con las calles llenas de gente observando desde las terrazas de los bares. “Fue un éxito, estamos muy contentos”, reconocía la presidenta de Asepo, Belén Álvarez.

El folclore se muestra en Posada

Estuvo acompañada durante la inauguración del evento –que siguió al pasacalles– por el regidor de Llanes, Enrique Riestra, pues los actos contaron con la colaboración del Ayuntamiento. También por la alcaldesa de la localidad de Posada, Mónica Salas. Aprovecharon en ese momento para realizar el sorteo de vales de 30 euros para aquellos que hubieran consumido la noche anterior en la ruta de tapas que también se desarrolla estos días.

Llegó a continuación la esperada degustación de fabada, “elaborada por tres negocios locales”, y también del arroz con leche, en ese caso, “adquirido en una empresa de Porrúa”.Tras la digestión, a las cinco de la tarde, llegó uno de los momentos más esperados de esta cita. Los grupos se preparaban para bailar y tomaba la palabra Sonia Saavedra, miembro de la directiva de Asepo, que forma parte de “Los Chachipes”, motivo por el que surgió la iniciativa de la muestra: “Estamos muy contentos. Son treinta madrileños que se quedan dos noches en Posada y encima permite mezclar el baile castellano y sus trajes con lo asturiano”.

Empezó danzando “L’Esperteyu”, le siguieron los capitalinos y cerró la sesión la agrupación local. Ya se había ido la luz del día y hubo un pequeño pincheo que cerró lo que se espera “sea el primero de muchos eventos de este estilo”.