“Asturias ye un paraíso, pero, para convencer a los demás de lo que somos, debemos convencernos nosotros primero de que esta ye una tierra privilegiada. Mucha gente ha descubierto Asturias en los últimos años y, como no podía ser menos, se ha enamorado de su naturaleza, de su forma de vida, de su gente. No me extraña, somos mejores de lo que pensamos que somos”. Lo dijo ayer el cantautor asturiano Víctor Manuel durante el emotivo pregón que pronunció en el día grande de la Semana de les Fabes de Colunga, que este año cumplió su trigésima edición. Contó por tan señalado aniversario con un pregonero de excepción, que no defraudó ni con sus palabras ni con la muestra de afecto y apego a la tierra que demostró a lo largo de su intervención.
Víctor Manuel explicó que sus abuelos “cosechaben fabes, y nunca pregunté en casa cómo se facíen; para eso estaben mi madre y mi güela, guardianes de todos los secretos”. “Ya de adulto, fui aprendiendo a preparales como me gustaben a mí y pronto aprendí que lo más importante era tener buenes fabes y buen compangu”, dijo. Y contando anécdotas alrededor de una fabada el mierense quiso también tener un recuerdo con la recién fallecida Almudena Grandes :“Era una de las mujeres más generosas que conocí, con la comida y con sus amigos”, señaló el artista visiblemente emocionado.
El cantante Víctor Manuel fue el encargado ayer de abrir la jornada central de este certamen, que premió a Vicentina Priesca con la “Faba de oro”, y a su hermana, Carmina Priesca, con la de plata. Será cosa de familia la sabiduría milenaria sobre esta legumbre, que en este caso el jurado valoró positivamente “el gran tamaño, buena presencia y excelente estado sanitario” de les fabes de la granja ganadoras, cuyo secreto, según reveló Vicentina Priesca, está en tener “buena tierra y trabajarla con mucho cariño”. Además, tal y como indicó la cosechera, “es una faba que se comporta muy bien en la pota, porque no abre”. “Por eso es la mejor para la fabada”, añadió.
Durante el acto también se entregó la distinción de “Paisana y Paisano del año” al matrimonio formado por Delfina Simón y Juan Baca, de 90 y 94 años, respectivamente, vecinos de Pernús. Y muy conocedores y amantes del mundo de les fabes. “La fiesta de les fabes significa mucho aquí en Colunga y hay que seguir con ello, porque da mucha vida”, señalaron.
También se entregó la “Faba de honor” a los miembros del servicio de ayuda a domicilio del Ayuntamiento de Colunga por ser, en palabras de la regidora colunguesa, Sandra Cuesta, “un servicio muy vinculado al medio rural, cuya labor merece un reconocimiento, especialmente viniendo de una pandemia”.
La Alcaldesa puso en valor “la entrega, profesionalidad y titánico esfuerzo” del colectivo “por sacar una sonrisa a quien más lo necesita”. “Son el mejor ejemplo del sistema público”, añadió la Alcaldesa.
Cuesta cerró los actos institucionales calificando les fabes como “nuestro producto estrella, aunque no el único, pero sí merecedor de un certamen específico”, porque la legumbre protagonista “lleva impresa en su fina piel la labor centenaria de hombres y mujeres que dedicaron su vida a ello”. “La labor de la gente del campo sigue siendo imprescindible para este concejo, para preservar las tradiciones y nuestra identidad, Por ello debemos proteger a las gentes de ‘la España vaciada’”, concluyó.
