La localidad llanisca de Parres recuperó ayer, tras el parón por anteriores oleadas de la pandemia, la tradicional bendición de los animales en el día de su patrón, San Antón.

En la iglesia se vieron varios perros, pero también una gallina y una oveja que también participaron en la celebración del día de su patrón.

El párroco de Llanes , Florentino Hoyos, fue el encargado de celebrar el oficio religioso y, posteriormente, de dar la bendición a las mascotas en el exterior del templo. Muchos procedían de Llanes, pero otros acudieron con sus mascotas desde otros concejos del Oriente y desde Cantabria. Es el caso del can “Triski”, que llegó desde Torrelavega (Cantabria) junto a sus dueños, que acuden desde hace varios años a este acto expresamente. “Venimos hace unos seis años”, comentó José Miguel Rubín. Salomé Álvarez acudió con su perrita “Trufa” desde Cabrales. Susana Aramburu llevó varios perros a la bendición. Marisa Quintana acudió a la cita con una gallina de su prima.

Amelia Fernández llegó con su gata “Perulina” ataviada con un elegante lazo roza. Pelayo Pereira, natural de Parres, lo hizo con una oveja. Ninguno quiso perderse el día de su patrón, tras dos años sin celebrarse el evento por la pandemia. Algunos, muy inquietos, esperaron fuera a que el sacerdote saliera a dar la bendición a sus animales.

Tampoco faltó un cartel pidiendo la bendición para la ganadería que rezaba: “Tal y como está la situación, la ganadería sí que necesita bendición”.

Las ofrendas llevadas por los vecinos se subastaron tras el acto religioso. Ricardo Gómez fue el encargado de subastar a viva voz los productos allí presentes.

Todos las personas presentes participaron en una animada puja y se llevaron a casa los quesos, dulces, huevos y demás ofrendas de la jornada.