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Joaquín Díaz, nuevo hijo adoptivo de Cabrales: “Defenderé que esto siga siendo un paraíso”

El etnógrafo dedica la distinción a su padre, nacido en Inguanzo, donde se desarrolló el acto oficial del nombramiento, en el que actuaron la banda local de gaitas, Héctor Braga, Xuacu Amieva y “Nuberu”

El alcalde de Cabrales, José Sánchez, coloca la insignia del concejo a Joaquín Díaz, ayer, en Inguanzo. | Ramón Díaz

“Es un honor y un orgullo haber sido nombrado hijo adoptivo de Cabrales. Ahora es una obligación para mí defender que esto siga siendo un paraíso”. El etnógrafo, escritor, musicólogo y cantante Joaquín Díaz culminó ayer tres días de homenajes en Asturias. Lo hizo en Inguanzo, en el concejo de Cabrales, tierra natal de su padre, Germán Díaz. Fue recibido en el pueblo al son de la banda de gaitas “Picos de Europa-DOP Cabrales”. Tras un recorrido por la localidad, la primera parada fue la iglesia parroquial de la Santa Cruz. Allí se descubrió una placa con una frase suya. Se da la circunstancia, como relató posteriormente el propio Joaquín Díaz, que un antepasado suyo, Vicente Alonso Simón, que fue un rico hacendado en México, fue quien ordenó y financió la rehabilitación del templo, uno de los más bellos de la comarca oriental asturiana.

La siguiente parada fue el palacio del Mayorazgo de Inguanzo, construido también por un antepasado del etnógrafo y donde nació su padre. En esta casona nacieron personajes ilustres, como los descendientes del primer Marqués de Santa Cruz de Inguanzo, Pedro Alonso Díaz. Después del recorrido por el pueblo, Joaquín Díaz, acompañado por parientes, vecinos y el alcalde de Cabrales, José Sánchez, se acercó hasta una carpa habilitada en La Huerta la Escuela, donde se desarrolló el acto de entrega de las credenciales como nuevo hijo adoptivo del concejo. Fue el regidor el encargado de leer la resolución municipal, aprobada por unanimidad, de entregar a Joaquín Díaz un pergamino conmemorativo y de colocarle la insignia del concejo en la solapa. El Alcalde destacó los merecimientos de Joaquín Díaz, principalmente su labor como “rescatador” del folclore peninsular.

La actuación de “Nuberu” en Inguanzo, ayer. | Ramón Díaz

Joaquín Díaz agradeció emocionado el homenaje, seguido por decenas de vecinos. “He recibido muchos premios, pero siempre fueron por mi trabajo. En este caso no he trabajado nada”, comentó con gracia. “Mi único mérito es ser hijo de mi padre. Pero el que llevaba Cabrales por dentro era él, por eso quiero dedicárselo”, añadió el musicólogo, nacido en Zamora, aunque desde niño residió en Valladolid. Joaquín Díaz relató varias anécdotas de su familia en relación con Cabrales, como la ocurrida la primera vez que su padre llevó a la familia a Inguanzo. “Cuando íbamos caminando por la Cuesta’l Cantu cayeron un rayo y un trueno que nos dejaron a todos paralizados, y después salimos todos corriendo”, relató. “Mi padre se quedó triste, porque no pudo mostrarnos todo lo que quería de su pueblo. Volvimos años después, cuando los hijos ya éramos más mayores, y estuvimos con los parientes y pasamos un rato maravilloso. Creo que aquella visita le sirvió para tener recuerdos positivos de su tierra hasta que murió”, añadió Joaquín Díaz, que destacó que todos sus apellidos paternos tienen que ver “con Asturias y con Cabrales”. “Ahora defenderé que mi familia viene de aquí, y que somos asturianos de pura cepa”, añadió, a la vez que prometió volver a Cabrales “en cuando pueda”. El etnógrafo se calificó a sí mismo como “coleccionista de vidas, de culturas y, en fin, de tradiciones”.

El acto, conducido por Concepción Fernández Pol, de Amnistía Internacional, sirvió para la presentación del libro de Joaquín Díaz “La sangre inútil”. El homenajeado recibió un regalo de los vecinos de Inguanzo, una cesta con productos locales. Acto seguido actuaron Héctor Braga y Xuacu Amieva (juntos y por separado), la banda local de gaitas y “Nuberu”. Chus Pedro Suárez, Manuel Peñayos y Gabino Antuña interpretaron, entre otros temas, el mítico “Cuando salí de Cabrales”.

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