Hoy, sábado, se oficiará el funeral por José Antonio Otero Cofiño, persona muy querida en Cangas de Onís, el cual tendrá lugar a las 20.00 horas en la iglesia parroquial de Santa María y, seguidamente, recibirá sepultura en el cementerio de la citada parroquia. Falleció ayer, a los 82 años de edad, en el hospital comarcal del Oriente “Francisco Grande Covián”. La capilla ardiente se encuentra instalada en la sala número 3 del Tanatorio del Oriente, en la ciudad de Cangas de Onís. 

"El fontaneru”, como le conocían sus convecinos y amigos, era natural del núcleo rural de Caovilla, aunque también residió en las localidades de Celoriu y Corao, antes de trasladarse a la ciudad de Cangas de Onís. Su trayectoria profesional estuvo ligada, desde siempre, a la fontanería y calefacción, siendo todo un referente –junto con su hermano Enrique, fallecido años atrás- en el área de influencia de la comarca de los Picos de Europa. 

Tenía pasión por el mundillo musical, concretamente en las orquestas "Santa Cruz" y "Covadonga", ambas ya desaparecidas. Aprendió solfeo con el conocido compositor poleso Falo Moro. Acabaría fundando la orquesta “Santa Cruz”, la cual amenizaba los bailes en “El Borinque”, establecimiento regentado por Evencio, su padre, allá a finales de la década de los 60 del siglo pasado. 

José Antonio Otero, tras independizarse profesionalmente de su hermano Enrique, también acabó introduciéndose, sin dejar de lado el mundo de las instalaciones de fontanería y calefacción, en el sector hotelero en la zona de Cangas de Onís, cerca de la ribera del Sella, gestionando, en compañía de su esposa e hijos, dos hoteles: Imperión y Puente Romano. 

Otra de sus grandes aficiones fue la pesca fluvial, como buen ribereño, sobremanera a truchas y reos en la cuenca del Sella. Era muy habitual encontrarse con él en los aledaños de El Puentón, más exactamente en el “puentín” o “puente nueve” para observar su habilidad para echar ejemplares a tierra. Eso sí, poco le atraía la pesca del salmón.