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Desigual campaña en Asturias

Pesimismo en el Sella por las bajas capturas de salmón frente a la abundancia del Narcea

Los ribereños creen que más repoblaciones permitirían incrementar el número de ejemplares: “No estamos haciendo las cosas bien”

Niños, repoblando el Sella, en una campaña de 2019. C. C.

El pesimismo cunde entre ribereños y pescadores en la cuenca del río Sella, pues no se recuerda una campaña tan nefasta como la presente, en cuanto al número de capturas de salmón, en esta zona del oriente de Asturias. Y mucho menos a estas alturas de la campaña.

Las expectativas de mejorar las estadísticas cuando resta apenas un mes para el cierre de la temporada de pesca tradicional –con muerte– parece tarea harto difícil a tenor de la escasez de ejemplares, según la mayoría de los entendidos en la materia de pesca fluvial, a estas alturas del año en ese mítico río. Superan a duras penas la treintena de ejemplares que han sido precintados esta campaña capturados en el Sella, muy lejos de los registros de otros años. Y también a años luz de las cifras que se manejan en el otro gran río salmonero asturiano, el Narcea, donde mayo ha sido espectacular en cuanto a capturas, que se acercan a las 300.

“Está claro. Nada más hay que mirar el Narcea, ellos tienen salmones. ¿Por qué? Ellos llevan repoblando el río unos cuantos años. Cada año que pasa repueblan más. Nosotros y el Cares, al revés, cada año menos. Ahí está la diferencia. Hay que repoblar más, no hay otra”, opina Javier Gutiérrez, de Arriondas. “Y todavía hay gente que dice que es contraproducente. Si no se echan y ayudamos al río, en poco tiempo quedamos sin ellos. También digo, por otra parte, que todavía van a entrar salmones al río, hay tiempo”, añadió el ribereño parragués.

El tema de las repoblaciones parece centrar en los últimos meses la preocupación de los ribereños del Sella. “No se están haciendo las cosas bien en cuanto a repoblaciones y sólo tenemos que mirar lo que hacen en el Narcea y su proyecto ARCA”, abunda Ángel Fernández Soto, de Cangas de Onís, que también señala la sobrepoblación de cormoranes en la cuenca sellera que se ceban en el hábitat piscícola. “¿Y las truchas? Es que no hay una”, matiza ese ribereño cangués. “Vedar o prohibir pescar no serían las soluciones”.

Abeledo con su salmón del Sella

Abeledo con su salmón del Sella J. M. Carbajal

“Hay que repoblar y hacer las cosas bien, como se están haciendo en el Narcea. Allí se repuebla y se cogen salmones, aquí no pasa lo mismo”, insiste Manuel García, de Vega los Caseros (Parres). Otro tema que afecta a la pesca es la masificación de canoas: “Desde hace un mes, de Les Roces para abajo lleno de canoas y la mayoría de los días no respetan ni horarios ni nada. Encima, hay bañistas en todos los cotos y es normal que quieran bañarse a causa del calor, pero es que cada coto es algo así como una fiesta. De Arriondas para abajo el río está muerto, es imposible ir por las canoas y la gente bañándose”.

Sobre la posibilidad de que los barcos capturen notable cantidad de salmones en alta mar, hay pros y contras. “No creo que los barcos saquen solo los del Sella y dejen los del Narcea”, dice con cierta sorna Manuel García. “Al final, si no se toman cartas en el asunto en lo referente a las repoblaciones, los malos de la película vamos a seguir siendo los pescadores de Cangues. ¿Por qué en el Narcea se hacen las cosas bien y aquí no?”.

Salmón con dedicatoria del Alcalde de Onís


La temporada de pesca de salmón no puede decirse que sea muy positiva en cuanto al número de capturas en la cuenca del Sella. Los escasos ejemplares que hay a estas alturas de la campaña salen a cuentagotas. Ha habido jornadas en blanco y otras con un solo salmón capturado. Así le sucedió al alcalde Onís, José Manuel Abeledo Viesca, que se convirtió días atrás en el único pescador que logró echar a tierra el codiciado pez. El suyo tuvo un peso de 5,9 kilogramos y lo capturó en la zona libre de Ñasares, siendo engañado el ejemplar a mosca. El regidor onisense se lo dedicó a la memoria de su valedor en el mundillo de la pesca fluvial, así como gran amigo, José Manuel Sánchez Crespo, «Lolo, el Zapateru», fallecido el pasado mes de febrero.

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