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La alumna de Arriondas de 9,95 en la EBAU quiere ser profesora de Secundaria

Medicina y Matemáticas son las carreras con más adeptos entre los estudiantes destacados de Asturias, hasta el punto de que una alumna repetirá la prueba para encarrilar su vocación sanitaria

Lucía Sampedro Rozas

Esta información ha sido elaborada por T. Cascudo, M. Martínez, P. Antuña, M. Villoria, B. García y A. Rubiera

Son los mejores alumnos de la EBAU. Alumnos con notas de 10 y de 9,95. Se han esforzado mucho para llegar a un examen que les ha parecido muy asequible pero sienten que la presión de las notas de corte es cada vez mayor. La mayoría tiene grandes vocaciones y alguna es tan inesperada que le ha supuesto un cambio total de rumbo. Las que siguen son sus historias.

Lucía Sampedro Rozas es una de las “magníficas” de la EBAU, prueba en la que obtuvo un 9,875. Es estudiante del IES El Sueve de Arriondas y quiere estudiar Matemáticas. Una decisión que tomó tan solo hace unos meses. “Lo decidí en Semana Santa”, comenta la joven de 17 años, dando idea de lo apurada que anduvo en la selección. Llevaba ya un excelente expediente del Bachiller que culminó con una matrícula de honor por lo que la media con la EBAU le subió a 9,95.

Reconoce haber estado nerviosa ante la pruebas de acceso y que el examen más difícil –hay casi unanimidad– fue el de Lengua y Literatura. Aún así sacó un 9,5 en este apartado. “Fui con mucho estrés y mucha presión el primer día. Luego ya más tranquila”. La estudiante parraguesa cree que el hecho de que en estos años haya notas tan altas tal vez podría complicar el acceso a algunas carreras. “Cuanto más alta esté, más sube, así que igual un poco sí”, dice. Su intención es estudiar en Oviedo y su idea, de cara al ejercicio profesional, es poder llegar a ser profesora de Secundaria.

Rubén Rodríguez Rodríguez, de 18 años, tiene unos planes a corto plazo muy claros: “Descansar y no hacer nada”. Vacaciones más que merecidas pues el joven cierra la etapa previa a la Universidad con una nota de 13,9 sobre 14, gracias a un bachillerato brillante que hizo en el IES de Cangas del Narcea y al 10 que sacó en la EBAU.

Natural de la localidad de Limés, está “contentísimo” con su resultado de EBAU. “Me salió bien, pero no esperaba tanto”, confiesa, satisfecho con haber logrado la puntuación necesaria para cursar en Oviedo el doble grado de Física y Matemáticas. “Me encantan las dos y no era capaz de decidirme, así que el doble grado es perfecto”.

Cree que la EBAU asturiana no es precisamente de las más difíciles del país y le gustaría que se subiese un poco el nivel, convencido de que “las pruebas más difíciles favorecen a la gente más buena”. A su juicio, una EBAU con preguntas a elegir como ocurrió en los últimos dos años propicia más aprobados pero también que suban las notas de corte de las carreras. “Con este sistema se puede ir a la EBAU estudiando la mitad del temario y era más justo antes”, añade.

El otro 10 de la EBAU lleva el nombre de Lucía Parry Suárez (18 años), de Cudillero y estudiante del colegio sierense Laude Palacio de Granda. “Esperaba buena nota pero decidí no tener muchas expectativas por si me llevaba un chasco. Pensé, que salga lo que salga. Y lo que salió no me lo esperaba”, cuenta por teléfono desde Berlín. Y es que fue terminar los exámenes y embarcarse en la aventura del Interrail. “Me enteré de la nota sentada en un banco de París, fue muy especial”, confiesa.

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Con la media del bachiller, Parry suma una nota de 13,8 que le permitirá cumplir su objetivo de estudiar Bellas Artes. Su primera opción es hacerlo en Madrid aunque aún no lo tiene decidido.

Confiesa que la EBAU no le pareció especialmente dura, aunque llegó nerviosa “como todos”. “Luego te das cuenta de que es un examen más de los que haces en clase y estuve tranquila”, añade. La de Cudillero no ve mal el sistema de opciones que se ofreció en los dos últimos años y no cree que perjudique a los mejores expedientes: “Es verdad que es más fácil aprobar, pero no tanto llegar a una buena nota”.

El ovetense Santiago Cabeza Gutiérrez, de 18 años, acabó el Bachillerato –en el colegio Loyola– con un 10 y el 9,95 de la EBAU le deja con un 13,55 en la fase específica que supone el paso asegurado a Medicina. Su balance de la prueba es que “hubo asignaturas algo menos fáciles que otros años, como Lengua o Biología, y otras muy asequibles”. Él se tomó el examen con “la responsabilidad de sacar buena nota. Iba confiado porque me había pasado un mes estudiando muy duro y sabía que tenía los conocimientos necesarios. Pero es cierto que te ves metido en un ambiente de gente con tantos nervios, que algo se te pega. Y las notas altas que se necesitan ahora, cada vez más, también introducen presión a muchos estudiantes”.

La medicina la puso en su punto de mira hace mucho, por influencia de su abuelo, Facundo Cabeza, que se dedicó a la Traumatología y fue uno de los fundadores de la especialidad de Rehabilitación. “Me parece un oficio muy guapo. Ayudar a la gente tiene que ser muy satisfactorio”, sostiene, así que va a por ello.

Juan Fernández López, gijonés de El Llano, de 18 años, y estudiante del IES Piles, obtuvo una calificación de 9,95 en la prueba ordinaria y sumó hasta 13,65 con la específica. También vio la EBAU “parecida a otros años; igual lo más complicado fue la prueba de Lengua y Física”, indica este estudiante, que se va a matricular en el grado de Física en la Universidad de Oviedo. “Me decidí claramente por este camino por lo que estudié este año, que me gustó mucho”, añade.

Que suban las notas de corte le parece que introduce “algo más de presión, pero de una forma parecida a como había hasta ahora”, zanja. Sobre su futuro apunta que “mi sueño sería trabajar en el acelerador de partículas, en la investigación, algo de ese estilo, porque de profesor tengo claro que no me veo”. Su horizonte laboral y de vida puede estar fuera de Asturias y lo tiene asumido: “Para el tema de la investigación está claro que hay que ir al extranjero porque en España no hay muchas salidas. Pero es lo que toca”.

Nadaya Villarino González, ovetense de 17 años, es otra de las alumnas más destacadas en la prueba de acceso a la Universidad y está “encantadísima”. Dice que en su buena nota confiaban bastante más que ella sus profesores de colegio Maristas Auseva de Oviedo, donde acabó el Bachillerato Tecnológico con un 10. Pese a que se puso muy nerviosa y que tras la prueba de Lengua no las tenía todas consigo, al final calcó el examen con un 9,95 que le deja una nota de 13,95 para la fase de admisión. Y es paradójico porque la nota de corte no es, en su caso, un problema. “Quiero hacer Ingeniería Química, en Oviedo, y no necesitaba nota, así que por esa parte no tengo ningún problema”, afirma. Desde 2º de la ESO la química la interesó por encima del resto de asignaturas y lo que le gustaría es “ser profesores de Bachillerato o de Universidad”.

Ni ha tenido problemas de nota, ni los tendrá para el acceso a la carrera que le interesa, pero eso no quita para que piense que “hay muchos alumnos que se ponen más nerviosos viendo estas notas tan altas que se están dando en los últimos años. Creo que se genera más presión de la que debería”.

Las seis claves de los mejores de la EBAU para sacar las notas más altas

Las seis claves de los mejores de la EBAU para sacar las notas más altas VÍDEO: Amor Domínguez/ FOTO: Irma Collín

De la localidad de Noreña es otra de las mejores estudiantes de la promoción de EBAU de este año. Carlota Martínez Rodríguez, de 17 años, ha sido hasta ahora alumna del colegio de Noreña, Aceimar. Cree que, sin problemas, podrá matricularse para hacer Bioquímica y aún está mirando dónde, aunque su primera opción es irse a Lugo.

Tras la experiencia del examen de acceso, Carlota Martínez sostiene que las pruebas “me parecieron fáciles, pero sí que es verdad que con los nervios acaban pareciendo más difíciles de lo que son”. Respecto a la subida de notas y la generalización del aprobado, con la repercusión que eso está teniendo en las notas de corte de algunas carreras, Martínez hace la reflexión más lógica: “si suben las notas generales sube la tuya también... Así que yo creo que es un poco lo mismo. Lo que sí que es verdad es que asusta un poco cuando ves esas notas de corte tan disparadas”. En su caso le sale una nota de acceso de un 13,45 y en su carrera pedían el año pasado para entrar un 11,5. “Mucho me tendría que subir...” para dejarla fuera, sostiene.

Mateo Lagar Bada hizo el Bachillerato de Ciencias en el colegio Santa Teresa de Oviedo y acabó con un 10 de media. Así que el 9,95 de la EBAU y el 13,85 que le queda para la fase de admisión le dan de sobra para entrar en Medicina. Era su objetivo “desde cuarto de la ESO. Ahí empecé a tener claro que era la carrera en la que me veía mejor”. Y poco importó que supiera el “hueso” que va a tener que afrontar. “Sé qué es duro y creo que sé dónde me meto –su madre es médico de familia y su hermana está en 2º de Medicina–. Pero no me veo en otra cosa. Me parece muy enriquecedor ayudar a la gente y me llama mucho ejercer. Si el trabajo merece la pena, pues habrá que estudiar”, dice con determinación. Con la misma con la que se tomó la preparación de la EBAU.

“Lo llevaba muy preparado; no sé qué hicieron otros, pero yo curré muchísimo”, afirma. A toro pasado puede decir que la EBAU, y más en estos años tras el covid, “la sacas bien. No diría que es súper fácil, pero sí que es asequible. Tienes la presión de que ahora por lo general las notas de corte de muchas carreras son más altas”. Por lo que respecta al examen, es de los que incide en que la prueba de Lengua “fue bastante larga, y mucha gente se quejó de eso; y la de Biología fue más chunga que otros años. Lo demás me lo esperaba”.

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Lucía del Corro López, alumna del colegio Loyola de Oviedo, acabó el Bachillerato de Ciencias Sociales con un 10 de media. Y el examen de la EBAU lo resolvió brillantemente: con un 9,95. Pero no va a ser suficiente para entrar en la carrera que quiere porque, a solo unos meses de acabar el Bachillerato decidió que su vocación era la medicina.

“Me di cuenta tarde”, dice con una medio sonrisa. El curso que viene lo va a pasar preparando exclusivamente dos asignaturas, Química y Biología, para presentarse de nuevo el próximo año a la EBAU y sumar la nota que le falta. “En Secundaria yo quería hacer Historia. Pero todo lo que pasó en la pandemia y algunos asuntos familiares pusieron de relevancia en mi vida la figura del médico y ahora estoy convencida de que es mi vocación”, aclara. Para ella la EBAU lleva implícita “mucha presión para quienes necesitan tener la mejor nota posible; pero si no tienes esa urgencia por la nota, la prueba es más o menos fácil”. Sí cree que tanta nota alta “complica la vida a mucha gente que a lo mejor tenía clara una elección y se va a quedar fuera. Así que por una parte sientes que la prueba es más fácil, que aprueba más gente, pero a la vez tienes a más personas con una nota muy buena que te pueden tapar la entrada a alguna carrera”.

María Cebrián Llaneza, ovetense de Olloniego, de 18 años, alumna del IES Doctor Fleming, acabó Bachillerato con un 10; ha sacado un 9,95 en la EBAU y tiene un 13,85 para la fase de admisión. Hace años que tiene el convencimiento de que la Lengua y la Literatura es lo suyo. Las cursará en Oviedo sin necesidad de hacer valer su magnífica nota final. “Me gusta todo: la lingüística, la historia de la lengua, la escritura creativa...”. Fue confiada a la EBAU y la prueba de Lengua fue la que le pareció “más complicada que otros años”, frente a la Historia de España que la encontró “bastante asequible”. Asegura que en los últimos años “se nota mucho la presión de las notas de corte de carreras tradicionales y de otras donde ha subido mucho”, y eso genera “más competencia y presión”.

Miguel Canga Fidalgo, ovetense de 18 años, es otro de los que acabó el Bachillerato en el colegio Santa María del Naranco con un 10. El 9,95 de la EBAU –que igual reclama– le deja un 13,95 de acceso a Medicina. Dice que la prueba de acceso la ve “fácil, si la llevas bien preparada. Quizá este año se notó un poco más nivel de profundidad que otros años. Sobre todo en Lengua y Biología; pero en general es una prueba que se aprueba casi siempre aunque para entrar en la carrera que quieres tienes más presión”. Y más ahora, con notas de corte que van subiendo y subiendo, aunque su predicción es “este año igual empiezan a bajar”.

El grupo de los mejores de la EBAU, los que sacaron el máximo o el amplio grupo que se quedó en el 9,95, lo cierra Emma Alba Suárez, alumna del IES Isla de la Deva de Piedras Blancas. Asegura que estudió “bastante” para conseguir una buena nota en la EBAU y sus excelentes notas en Bachiller le permitirán acceder a la carrera universitaria que prefiera. Y esa es “Matemáticas en Oviedo. La verdad es que no tenía claro lo que quería hacer, lo decidí a lo largo de este curso. Las matemáticas me gustan y tienen mucha salida laboral”, razona. Esta vecina de Piedras Blancas, que ya ha cumplido los 18 años, asegura que la clave para conseguir buenas notas es la organización. “Si llevas los estudios al día y te organizas bien es posible sacar buenas notas”, explica. Desde que acabaron las clases acudía a su instituto para asistir a las de repaso y después continuaba estudiando en casa. “Hice lo mismo que durante el curso, estudiar por semana y salir los fines de semana. Y lo llevé bastante bien”, asegura. Así que no teme lo que tiene por delante porque se sabe la fórmula del éxito.

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