Devoción y emoción a flor de piel para honrar a Santa Marina. Marcha atrás, sin dar la espalda a la imagen de la Santa como manda la tradición, realizaron la procesión el medio centenar de aldeanas que integraron la comitiva en Parres (Llanes). A mediodía comenzó la celebración de la misa campestre en la vega de Santa Marina, oficiada por el párroco de Llanes Florentino Hoyos y cantada por el coro de la localidad, dirigido por Gema Cea. Acompañó la gaita de Julián Herrero y el tambor de Manuel Fernández. Además de las aldeanas, unos treinta porruanos de todas las edades portaron los tres ramos y la imagen de Santa Marina. Se desarrollaba así una cita de gran arraigo y que se vivió este año con especial intensidad.
Antes de la misa, la original procesión donde las niñas y mozas vestidas de llaniscas miran siempre a la Santa en señal de respeto llegó a su destino en la misma vega pasando por un arco decorado con hortensias, obra de Ricardo Gómez, vecino de la localidad. Bajo la estructura floral se colocó la Santa para que recibiese las ofrendas y la devoción de los vecinos. Y las niñas y las mozas realizaron la reverencia ante la imagen entonando sus cánticos con pandereta en un momento de gran solemnidad de la jornada.
Además de los ramos ofrecidos a Santa Marina, en Parres realizaron su tradicional ofrenda de corderos. Tres animales fueron llevados este año en brazos por porruanos y aldeanas que lograron con gran esfuerzo llegar con ellos ante la imagen para ser bendecidos.
Mayores y pequeños
En esta ocasión fueron Alba González, Álvaro Martínez y René Gutiérrez los encargados de portar a los pesados animales. También se ofrecieron rosas a la Santa, que fue llevada a hombros por Jorge Arenas, Pablo Arenas, Jenaro Fernández y Jorge Fernández. Una vez finalizados los actos religiosos se procedió a la subasta de los ramos y también de los tres animales. La localidad se vuelca en la organización de esta fiesta y tanto mayores como pequeños participan con gran orden en el desarrollo de los actos, celebrados ante la mirada de cientos de personas que rodearon la vega. Tras la subasta comenzaron los bailes regionales. La Carrasquina, la jota de Cadavedo, la jota del Cuera o el Xiringüelu de Naves, fueron algunas de las piezas que interpretaron las mozos y mozas que bailaron y que arrancaron los aplausos de los presentes.
Más tarde, tras la verbena nocturna, la localidad se despidió de esta fiesta hasta el próximo año.