Nunca es demasiado temprano para comenzar una buena fiesta. Bien lo saben los vecinos de Arriondas, que a las nueve de la mañana de ayer disfrutaron de una animada alborada musical, con charangas y gaiteros, como preludio de un día muy especial. Y es que ayer tocaba celebrar El Bollu, una fiesta de gran tradición en la capital del concejo de Parres y declarada de interés turístico regional. Se trata de una de las tres grandes jornadas festivas que organiza la Sociedad La Peruyal y que junto a la kermesse, que tuvo lugar el sábado, y al Bollín, que se celebra hoy. Todo constituye un gran reclamo para vecinos y visitantes.

Durante la mañana se sucedieron las actividades que contaron con varios grupos regionales, entre ellos la Banda de Gaitas Picos de Europa DOP Cabrales. También hubo espacio para los actos religiosos con la tradicional misa solemne en honor al patrono del pueblo, San Bernardo de Claraval.

Eran las seis de la tarde cuando por fin daba comienzo el divertido desfile de carrozas que abarrotó las calles de la localidad parraguesa. Los socios de La Peruyal mostraron su enorme creatividad con un total de 38 carrozas de distintas temáticas, donde se podían encontrar duendes, globos, gaitas, autocines, burros mejicanos, un bingomóvil e incluso una asturiana Rose de "Titanic" escanciando sidra desde la proa de un barco. "No somos el Titanic, somos el Bollu. Esta carroza es la reivindicación de que esta fiesta no se hunde y que sale a flote a pesar de los cambios y problemas de los últimos años", afirmó Julián Pérez Martínez, miembro de la sociedad La Peruyal.

El "Titanic".

Entre los centenares de porruanos y aldeanas que desfilaron ayer por Arriondas se encontraban los hermanos Sergio y Nacho Berguño, junto a Andrea Abascal, quienes habían alquilado los trajes regionales expresamente para esta celebración del Bollu “tan prestosu”. "Yo soy de por aquí pero he vivido mucho tiempo fuera. De pequeña mis padres siempre me vestían de llanisca y he querido recuperar esta tradición y volver a mis raíces", explicaba ella emocionada.

Haciendo honor al nombre de la fiesta, el parque de la Concordia fue el escenario perfecto para el tradicional reparto del bollu preñau, otro protagonista del día. Los vecinos, botella de sidra en mano se juntaron en una romería multitudinaria para disfrutar de una buena tarde de merienda y folixa.

La orquesta "Los Players" y el grupo "La última legión" pusieron el gran colofón a la jornada.