A pocos metros de la carretera general que atraviesa la capital cabraliega, Carreña, se levanta una pequeña capilla que mira a la Sierra del Cuera y que guarda la imagen más venerada en la localidad, la de la Virgen de la Salud. Es una capilla muy cuidada y rica en detalles. Si el retablo, la imagen o las paredes son dignos de observar, la sorpresa llega cuando se observa el techo en la bóveda, sobre el coro. Varias figuras componen la escena. Entre ellas, la Virgen, tres pastores y un gaitero. La cara de uno de los pastores resulta familiar para todo el que la mira y en ella se identifica perfectamente el rostro de Miguel Ángel Blanco, el concejal de Ermua (Vizcaya) asesinado por la banda terrorista ETA hace 25 años, por el que el país entero se echó a la calle. Su recuerdo sigue vivo en la capital cabraliega a través de esta imagen. En la restauración del edificio se sacó la piedra en los muros y se encargaron unas nuevas pinturas para el techo de la bóveda. Éstas fueron obra del que fuera cronista oficial de Peñamellera Baja y Alta, Cecilio Fernández Testón, fallecido hace unos años. Mientras trabajaba en las pinturas en 1997 se produce el asesinato de Blanco y el autor decide realizarle este homenaje a la joven víctima, dibujando su cara para que fuera recordado siempre en uno de los lugares más especiales para todos los que llevan Carreña en el corazón.

Vecinos como Marilar Fernández o César Gancedo conocen bien esta historia, también la de la localidad y todo lo relacionado con la capilla y la fiesta de la Salud que se celebra siempre el domingo siguiente al día de Covadonga y une a toda la localidad. Ella guarda un valioso libro de documentos, recuerdos y fotos relativos a la historia de la capilla y la fiesta que ha ido configurando año a año. Y él, entre otras muchas acciones, es el autor desde hace más de 60 años del Panorama (figura esbelta y luminosa que se quema la víspera de la fiesta) que ya hacía antes su abuelo. En la restauración del pequeño templo que dio lugar al recuerdo eterno del concejal vasco cooperaron los vecinos con sus aportaciones e incluso se mandaron cartas solicitando colaboración a todos los emigrantes de esta localidad siendo sacerdote Roberto Marcos, según explica Marilar Fernández.

Además, la capilla tiene una historia propia. Fue fundada por Francisco Bueno de la Bárcena , natural de Carreña, aunque vecino de Sevilla que, tras pasar un grave problema de salud, se encomendó a la "Santísima Virgen de la Salud" como recoge el cuadro expuesto en el pórtico del templo, haciendo la promesa de que si sanaba construiría la capilla en su pueblo natal y así lo hizo en 1830. "Contrajo viruela y prometió a la virgen de la Salud de allí traer una imagen aquí si sanaba y la trajo con caballería", comenta Gancedo, quien también explica que esa vinculación con Sevilla asentó algunas costumbres como que las mujeres luzcan el mantón de Manila la víspera de la fiesta cantando seguidillas a la Virgen para anticipar la ofrenda del ramo al día siguiente. Ese día es el día del panorama, que al principio iluminaba el camino de las mozas y fue evolucionando hasta lo que es hoy.

Durante el viaje desde Sevilla "a la Virgen la llevaban escondida por si les asaltaban y donde pisó tierras cabraliegas por primera vez la Virgen, también se construyó una capilla posteriormente", dice Fernández.