La granada que causó un gran revuelo el sábado en la playa de Santa Marina, en Ribadesella, resultó ser una piña. A primera hora de la mañana del domingo, miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, entre ellos la Guardia Civil y la Policía Local se desplazaron a la punta del pedrero del arenal, zona donde había sido hallado el "artefacto explosivo", para intervenir en su posible desactivación y retirada. Finalmente, cuando la bajamar dejó al descubierto el objeto, los desactivadores del Gedex confirmaron que, afortunadamente no existía peligro ni amenaza real. "Era una especie de piña envuelta que simulaba una granada de juguete", aseguró está mañana Ángel Lozano, Comandante de la unidad de buceo. "Teníamos la sospecha porque estaba en una posición invertida y daba la impresión de ser una granada antigua", explicó.

Fue, precisamente, un bañista el que dio la voz de alarma al encontrarse con «un extraño artilugio» en el mar, a la altura del pedral al oeste de la playa. Éste avisó al servicio de salvamento que, rápidamente, se puso en contacto con las autoridades.

En torno a las 13:00 horas del sábado, la Policía Local acordonaba la zona y establecía la prohibición del baño en un área próxima para salvaguardar la seguridad de los bañistas.

 La posibilidad de que se tratase de un explosivo no era descabellada. A lo largo de los últimos cuarenta años, han sido hallados más de cuatrocientos artefactos explosivos inactivos procedentes de la Guerra Civil en el oriente de Asturias.