La capital canguesa se convirtió ayer en lugar de encuentro de 120 cofrades de 20 colectivos gastronómicas de diversos puntos de Asturias y también de otras comunidades. El motivo fue el VII Capítulo de la Cofradía del Queso Gamonéu de Cangas de Onís, una cita que convirtió las calles en una fiesta de gran vistosidad gracias a las capas y vestimentas uniformadas que lucen los miembros de estos grupos, que desfilaron en dirección a la zona del Ayuntamiento, donde se celebró el acto central del evento.

La pandemia había obligado al colectivo anfitrión a aplazar la convocatoria que se organiza cada dos años y que ayer recuperó su esencia con una completa jornada de hermandad entre cofradías. En Cangas se reunieron por ejemplo, la Cofradía del Arroz con Leche, de Cabranes, la Cofradía del Oriciu de Gijón, la de Amigos de los Nabos, de Morcín, la de Amigos de Les Fabes, de Villaviciosa, la del Vino de Cangas o la Cofradía del Desarme de Oviedo, que celebra su propio Capítulo dentro de dos semanas. De fuera de Asturias llegaron, por ejemplo, las cántabras Cofradía de la Nécora de Noja, Cofradía de la Anchoa, de Santoña, o la del Bonito del Norte, de Colindres, así como la navarra Cofradía del Queso Idiazabal.

El presidente de la cofradía anfitriona, Favila Quintana, no quiso perder la oportunidad de explicar a sus invitados las principales características del queso de Gamonéu, las diferencias entre sus dos variedades (del valle y del puerto), y su complejo proceso de elaboración: «Es un trabajo muy duro. Lo llevan en mochilas hasta las cuevas, muchas veces en condiciones adversas, y allí permanece tres meses hasta su maduración».

La primera cita del día congregó a estos valedores de los productos típicos de su tierra con un desayuno de recepción junto al puente romano de la capital canguesa para después tomar las calles en un colorido desfile. Uniformados con sus variadas túnicas representativas, los cofrades desfilaron por la Avenida Covadonga portando con orgullo los estandartes de sus colectivos hasta el Ayuntamiento, donde posaron para una concurrida foto de familia. Allí, en la Plaza Camila Beceña, tuvo lugar el Capítulo de esta agrupación destinada a «defender, promover y difundir el queso de Gamonéu».

El acto tuvo varios protagonistas, además del afamado queso: los cofrades de número, de méritos y de honor. Por un lado, Patricia Ovín, educadora infantil, Raquel Medaña, periodista y divulgadora gastronómica, y el matrimonio de Daniel Yuste y Mara González, regentes del restaurante Villa María de Cangas de Onís, se convirtieron en nuevos miembros de la Cofradía. Por otro, también recibieron su particular homenaje dos cofrades importantes para la asociación por su incesante labor en la elaboración, produción y difusión del queso de Gamonéu: Juan Carlos Bada, uno de los fundadores de la Cofradía, y el quesero Juan José Sobrecueva, a quien se le reconoce por ser «la imagen del gamonéu».

Trabajo duro

«Gracias al trabajo de esta asociación el queso es hoy mucho más conocido que hace quince años», indicó el primero. «Me costó mucho trabajo llegar hasta donde estoy. Mi trabajo es mi devoción y mis vacaciones», declaró el segundo.

Por último, el cocinero Christian González, asesor culinario y divulgador gastronómico, fue nombrado cofrade de honor de este séptimo Capítulo: «Intento aportar mi granito de arena dando a conocer las bondades y la riqueza de lo que son nuestros tesoros gastronómicos», dijo.

El alcade de Cangas de Onís, José Manuel González, quiso reconocer la labor de difusión altruista de la Cofradía del Gamonéu y el trabajo de los pastores, ganaderos, elaboradores y productores de este queso. Además, recordó que el próximo 12 de octubre tendrá lugar en la localidad el LXXXI Concurso-Exposición de quesos de los Picos de Europa, otra cita imprescindible para los amantes de este producto.