Leones de Papa, jardines de Príncipe y camposanto secreto, las mil y una curiosidades de Covadonga

Cada rincón del real sitio cuenta una historia, incluso los menos conocidos, como el cementerio oculto en el bosque para los nacidos en el pueblo

Covadonga es lugar de peregrinaje, de acogida de devotos y de miles de viajeros que por uno u otro motivo acuden a conocer uno de los lugares más emblemáticos de Asturias. Son populares muchos de sus rincones, fotografiados millones de veces, pero es probable que pase más desapercibida la historia de cada uno de ellos e incluso que haya casos de espacios del entorno que la mayoría de los que llegan al real sitio no va a visitar por desconocerse en ocasiones su existencia. Entre ellos se encuentra el cementerio de la localidad en la que solo se enterraba a los nacidos en el pueblo. No está visible, sino en un espacio boscoso que lo oculta. Para llegar hay que caminar un pequeño rato por una empinada cuesta de un camino que sale a la vista, de frente, cuando uno baja la escalera de acceso a la cueva que desciende paralela al "chorrón". En vez de continuar hacia la carretera, la senda queda en un desvío a la derecha, empedrada. No hay señalización que indique la existencia del camposanto, pero el paseo merece la pena por las vistas y por la antigüedad y encanto de este punto poco frecuentado por los turistas.

Turistas pasando ante uno de los leones del acceso. |

Dos moteros, con la basílica al fondo.

Esta es solo una de las muchas curiosidades que se han ido dando a conocer a lo largo del año pasado en los perfiles en redes sociales de la cuenta "Covadonga 2022 Cuadonga", creada con motivo de la conmemoración del 1.300º aniversario de la Batalla de Covadonga. Se habla en ellas también sobre los dos grandes leones que flanquean el acceso al espacio, "realizados en mármol de Carrara y que son una copia del monumento funerario de la tumba del Papa León XIII ubicada en la basílica de San Pedro del Vaticano".

A la izquierda, la gran cruz que preside la entrada al cementerio de Covadonga. Arriba, a la derecha, la «fuente canapé». Debajo, dos moteros, con la basílica al fondo. | P. T. |  P. T.

La gran cruz que preside la entrada al cementerio de Covadonga.

Piedra y marfil

De la basílica de Covadonga se destacan muchas cosas, como la procedencia de la piedra que le da su tonalidad rosácea que, en realidad, se extrajo de las montañas del entorno "y contrasta con el frondoso y verde paisaje". Otros elementos arquitectónicos de los alrededores llaman poco la atención de quien pasea por ellos, pero también acerca de estos se señalan sus singularidades. ¿Alguien sabe dónde está la llamada "fuente canapé"? Pues "la encontramos escondida en un lugar entre la colegiata y la casa de ejercicios y fue construida por el arquitecto ovetense Luis Menéndez Pidal, hijo del pintor del mismo nombre", se refiere en la reseña pública sobre la misma.

Leones de Papa, jardines de Príncipe y camposanto secreto, las mil y una curiosidades de Covadonga

La «fuente canapé».

¿Y qué fue antaño el edificio de la colegiata? Pues resulta que esta "es la construcción más antigua de Covadonga, data del siglo XVI y en principio se trataba de la iglesia del real sitio, pero con el tiempo se transformó en monasterio y casa de novenas".

Hay más curiosidades. Como la de la Virgen de marfil que se halla en el majestuoso altar de mármol de la cripta de la basílica, consagrada en septiembre del año 1891. Y una que no se apunta pero que igualmente merece mención: subir hacia la basílica a través de los llamados jardines del Príncipe, un acceso no excesivamente transitado y que ofrece panorámicas únicas de un entorno que siempre impresiona y jamás deja indiferente.

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