El Areñal de Coya, 140 años de historia y tan fresco: "En este chigre formamos una gran familia con los vecinos"

El local sigue siendo el alma del pueblo gracias a la labor de Jorge García y Natalia Prieto, que lo regentan ahora tras dejar la ciudad para instalarse en el pueblo de Piloña

Jorge García y Natalia Prieto junto a su hija Llara en su chigre, El Areñal de Coya.

Jorge García y Natalia Prieto junto a su hija Llara en su chigre, El Areñal de Coya. / J.Quince

J. Quince

El chigre El Areñal es un mítico local de Coya (Piloña), que suma ya más de 140 años de historia y que a día de hoy puede presumir de seguir siendo el alma del pueblo. Y lo es gracias a Jorge García y Natalia Prieto, que llevan ocho años regentándolo. El matrimonio abandonó la ajetreada rutina de las ciudad (son naturales de Oviedo y de Gijón, respectivamente) para mudarse a un lugar más tranquilo. Desde que compraron el establecimiento en 2015 lo han mantenido muy activo contribuyendo a la dinamización de esta zona rural con distintas actividades y eventos que atraen los fines de semana a clientes habituales y vecinos de otras localidades: conciertos, jornadas gastronómicas, encuentros sociales... Pero sin, duda, algo que despierta especial interés entre los visitantes es su deliciosa cocina y es que Natalia tiene una mano prodigiosa para preparar tortillas que se encuentran entre las más afamadas de Piloña.

Cuando comenzaron esta aventura, luchando entre fogones y tras la barra del bar, Jorge, que se define como un apasionado de la historia, no se podía ni imaginar la que se escondía entre las paredes de El Areñal. Una historia centenaria que conoció en forma de autobiografía del que fuera el primer propietario del chigre a través de un diario de este que fue enviado, ni más ni menos que desde Chile, y gracias al cual pudo completar la trayectoria del establecimiento, también con ayuda de las anécdotas de los vecinos de Coya.

El documento de esta autobiografía del primer ocupante del inmueble se remonta a finales del siglo XIX y tienen un protagonista con nombre propio: Santiago Aladro Blanco, nacido en 1857, considerado como el primer maestro de Coya y cuya labor fue fundamental para la construcción de una nueva escuela en el Campu de Villabaxu. Tras años viviendo en la localidad piloñesa, acabó por mudarse con su familia al país sudamericano donde fallecería en 1927. "Él fue el primer propietario. Su casa y el establo ocupaban lo que hoy es la zona de las mesas y la barra. Luego heredarían el tendejón que es lo que actualmente sería la cocina del chigre. Pero se podría decir que la actividad comercial de El Areñal comenzó a finales de 1883”, explica Jorge García.

En los 140 años de historia, el chigre ha ido pasando de manos, por varios propietarios del pueblo coyano. Solo ha permanecido sin actividad apenas diez años en la década de los años ochenta del siglo XX. “Hablando con los vecinos fuimos construyendo la trayectoria del bar. Cuando murió Santiago el chigre quedó arrendado a Joaquín Bastarrica y, posteriormente, cedido al matrimonio de Manolo y María en los años 40. Estos últimos serían familiares de las personas a las que les compramos el local”, aclaró su nuevo propietario.

Conocido siempre como El Areñal, que debe su nombre al barrio de Coya donde se ubica, continúa su andadura a día de hoy en las buenas manos de Jorge y Natalia, que tienen a su pequeña hija de tres años, Llara. Lejos de perder atractivo, el chigre lleva ocho años rebosando dinamismo y actividad constante, lo que ha contribuido a revitalizar la vida del pueblo. “La verdad es que estamos encantados aquí y no nos planteamos marchar. Es un pueblo alegre, con mucha juventud y con los vecinos formamos una gran familia”, cuenta Natalia Prieto.

Desde que se hicieran con el negocio, este matrimonio emprendedor ha apostado fuerte por su iniciativa. Por un lado, la cocina: “La comida es casera, Nati hace un poco de todo pero lo que más triunfan son sus postres y las tortillas, ha ganado un montón de premios”, declara orgulloso Jorge. Por otro lado, las instalaciones: “La pandemia fue un momento duro, pero nos pusimos a desarrollar la terraza que era un antiguo aparcamiento y ahora se le da mucho uso. Es donde organizamos conciertos, espichas... Además, rehabilitamos la antigua bolera que ahora usa la peña de bolos”. Y por último, sus programas para los fines de semana: “Cada mes organizamos algún evento nuevo”.

De cara a febrero, Jorge y Natalia ya presentan seis nuevas citas para marcar en el calendario: degustación de pizzas caseras para el primer sábado del mes, jornada de chosco y el butiellu y día del parchís para los días 11 y 12, merienda de comadres y sesión vermú con rincón cubano de cócteles para el 18 y 19 . Y para terminar el mes por todo lo alto, carnaval con concurso de disfraces y cuentacuentos y pintacaras para los más pequeños. Así, El Areñal continúa siendo un histórico chigre de Coya que sobrevive gracias a la frescura e iniciativa de un joven matrimonio, conocedor del valor que representa para todo un pueblo.

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