Las mascotas de Posada de Llanes reciben su bendición por San Antón

Once perros y una gata se acogieron bajo la protección del patrón de los animales en una misa oficiada por el párroco Aurelio Burgos

Los vecinos de Posada de Llanes junto a sus mascotas y el Párroco Aurelio Burgos durante la bendición por San Antón

Los vecinos de Posada de Llanes junto a sus mascotas y el Párroco Aurelio Burgos durante la bendición por San Antón / J.Quince

J.Quince

Las mascotas de Posada de Llanes se convirtieron ayer en las protagonistas de la jornada con la celebración de una misa muy especial en la que recibieron la bendición por San Antón Abad, patrón de los animales. Un total de once perros y una gata acudieron a la Iglesia parroquial llanisca en compañía de sus dueños para acogerse a la protección del Santo.

La bendición de las mascotas de los feligreses es un antiguo rito que también es tradición en esta parroquia de Llanes y una importante cita anual para algunos de sus vecinos. “San Antón era un eremita que ayudó a muchos animales en su vida y, por ello, le nombraron su protector. En el día de hoy se les otorga la bendición a estas mascotas en un rito ancestral, en el cual, ellos son parte integrante”, explicó el párroco Aurelio Burgos.

Si bien otros años acudían a esta ceremonia diversos tipos de animales como cabritos, burros o bueyes, en esta ocasión solo se presentaron los domésticos, la mayoría caninos. Es el caso de la llanisca Marta Pérez que acudió por primera vez a esta misa con su perrita "Rita" para hacerle un homenaje por su inminente onceavo cumpleaños: “Este es el primer año que la traigo. Me decidí a venir porque está a punto de cumplir once años y esta es su fiesta”, declara.

Un motivo diferente es el de Cristina e Inés Martínez, madre e hija y vecinas del pueblo. Ambas llevan tres años bendiciendo a "Tolola" que, a sus diecisiete, padece un tumor inoperable. “Le pedimos a San Antón para que no sufra”, declararon. Por otro lado, rogaron también salud para su gata "Hanna", que lleva en su familia ocho meses y, por lo que demostró ayer, parece estar muy acostumbrada a la compañía canina. 

Salvo por algún ladrido juguetón, los protagonistas del día, entre caricias de sus dueños, se mostraron tranquilos y educados durante toda la ceremonia.