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Ribadesella rendirá un homenaje póstumo a Cheché Sánchez, inolvidable vecina que fue la inventora del collar de papel de la fiesta de les Piragües

"Fue una mujer que destacó porque hizo siempre lo que quiso, sin tener presente lo que pensaran los demás, ella rompía moldes”, recuerda una de sus hijas, Erika Pattist.

Mercedes Sánchez Bravo "Cheché" R.J.Q.

Los vecinos de Ribadesella recuerdan con mucho cariño a uno de los personajes más populares del concejo, Mercedes Sánchez Bravo, más conocida como Cheché, quien dejó una huella imborrable en el corazón de los riosellanos. No solo fue conocida por su personalidad arrolladora, alegre y moderna para su tiempo, sino que, además, fue una mujer muy participativa en todas las actividades que se desarrollaban en Ribadesella. De hecho, a ella se le atribuye popularmente la invención del collar de papel que a día de hoy casi todo el mundo utiliza en la fiesta de les Piragües. Con esa premisa y, cumpliéndose este año el centenario de su nacimiento, varias asociaciones han decidido realizar un homenaje póstumo a la que fuera «la alegría del pueblo». 

Cheché, que nació en Oviedo el 3 de mayo de 1923, pasó su infancia y juventud en Ribadesella, de la que se declaraba una enamorada. Se casó con el holandés Hauke Pattist, al que conoció un verano, cuando a éste se le averió la motocicleta a su paso por la villa riosellana. Tuvieron cinco hijos, con los que disfrutaban de sus vacaciones en la playa de Vega, paraíso estival donde fueron pioneros en turismo de acampada. Amante de la naturaleza y de los animales, se dedicó durante unos años a la peluquería canina y, tras una vida apasionante a caballo entre Oviedo y Ribadesella, falleció en 2011, a los 88 años de edad.

"Mamá destacó por hacer siempre lo que quiso, ella rompía moldes", asegura una de sus hijas

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No hay una familia de origen riosellano que no recuerde alguna divertida anécdota en la que Cheché fuera protagonista. Una de las más simpáticas data de 1959, cuando, en plena celebración del Descenso Internacional del Sella, Cheché prometió tirarse a la ría desde el puente, línea de meta de la carrera, si su cuñado Juan Miguel Feliz ganaba. Eso fue exactamente lo que ocurrió, para asombro de todos. 

«Mamá fue una mujer que destacó porque hizo siempre lo que quiso, sin tener presente lo que pensaran los demás, ella rompía moldes», recuerda una de sus hijas, Erika Pattist

El Sella nunca hubieran sido lo mismo sin ella. Y es que una de sus aportaciones a esta fiesta de interés turístico internacional es una pieza clave en la indumentaria folclórica: el clásico collar de papel. Si bien acreditar la titularidad de este invento no resulta nada sencillo, existen artículos antiguos escritos por Lorenzo Cordero, cronista oficial de Ribadesella, que así lo ratifican. Su origen podría proceder del propio Dionisio de la Huerta, quien arraigó la idea de engalanarse con collares de flores naturales, tal como se hacía en los comités de recepción en los países asiáticos. «Aquí las flores se marchitaban y debían de durar muy poco, así que surgió la idea de sustituirlas por los flecos de papel y ahí intervino mi madre», explica Erika. Una idea sencilla que se ha popularizado hasta nuestros días.

Con este pretexto, y con motivo del centenario de su nacimiento, Ribadesella organizará un homenaje póstumo a su persona y un reconocimiento a su contribución al espíritu festivo de les Piragües. «Cada año, enmarcada en la semana de la mujer, celebramos un acto que llamamos Manos Curtidas en la que homenajeamos a mujeres de Ribadesella que destacaron por alguna cosa. Este año decidimos hacérselo a ella», explica Estela Rosete, miembro de La Tertulia del Garabato, organizadora del homenaje que tendrá lugar el sábado 11 de marzo.

El reconocimiento a Cheché contará también con el apoyo de otras asociaciones, como Las Ninfas de la Atalaya, Entaína, el Comité Organizador del Descenso Internacional del Sella, la Asociación de Amigos de Ribadesella y el Ayuntamiento. «Fue una mujer muy reconocida por todos. La constancia que tenemos de ella es lo folclórica, animada y participativa que era. Estaba metida en todos los fregaos, siempre de fiesta y disfrazada», recuerda Rosete.

Cheché recibirá su homenaje en la Casa de Cultura de Ribadesella y junto al podium de los vencedores del Sella, donde se colocará su propia placa conmemorativa y un photocall con dos collares de papel de dos tamaños distintos, uno para adultos y otro para niños. Allí permanecerán para el recuerdo de una mujer trasgresora que forma parte de la historia de la fiesta más importante de Ribadesella. «Si nunca viste esta fiesta, lo mejor de lo mejor», tal como ella escribió en 1955 en el periódico riosellano «Somos», bajo el seudónimo de Cheché (Sirena por gracia de Neptuno, Señor de los Mares).

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