Los ecologistas responsabilizan al Principado del "fracaso en el control de la tuberculosis"

"La cuestión de fondo es que para el gobierno asturiano la biodiversidad no importa, no cuenta", critica ASCEL

Un lobo ibérico en el medio natural.

Un lobo ibérico en el medio natural. / Pixabay

Ramón Díaz

Ramón Díaz

El Principado es responsable del "fracaso en el control de la tuberculosis bovina", ha señalado la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (ASCEL) , que rechaza frontalmente que se relacione esta enfermedad con el lobo: La culpa de la propagación de la tuberculosis es "de algunos humanos, por haber movido vacas sin bioseguridad", subraya el colectivo ecologista.

"Al día siguiente del acto criminal sucedido –y reiterado– en Ponga, con dos cadáveres de lobos exhibidos, el gobierno asturiano difunde una nota de prensa, no sobre esta cuestión, sino para defender que se pueda volver a matar lobos". "Si además tenemos en consideración que esa nota aflora un día después de un episodio que avergüenza a cualquiera, y que supone un perjuicio importante al turismo y a la imagen pública de Asturias (costosamente lograda), y que su fin es establecer un marco amable para un acto público anunciado en Tineo, está todo dicho". Son dos estratos del duro ataque al ejecutivo de Adrián Barbón de ASCEL.

Según este colectivo, el Principado maneja información (número de manadas y número de lobos en otras comunidades autónomas) que no explica como obra en su poder "para difundir una estima que no compartimos ni podemos rebatir sin citar esas fuentes, de la población española, pero que además, no puede ser empleada de ese modo". Considera "ridículo" achacar "consecuencias negativas y situaciones conflictivos a la recuperación de la población de lobos extramuros". Porque en Asturias, según el Principado, "se pasaría de 43 manadas (en 2021, antes de la protección) a 42 (reproductoras ahora, 2025, a tres años de la protección).

ASCEL sostiene que las situaciones conflictivas las causan "el ganado abandonado (choques con vehículos o trenes), los perros sin control, que llegan a atacar gravemente a personas, y especialmente los cazadores, cuya amenaza es cotidiana". Y critica que el gobierno asturiano no contemple acciones sobre ello.

"El lobo estaba –y está– en mala situación. Pero en todo caso la sostenibilidad de las comunidades rurales no tiene que ver con el lobo, sino con el empleo adecuado de las subvenciones públicas, cada vez mayores, y cada vez más alejadas de sus objetivos, como la PAC", expone ASCEL, que señala "dos cuestiones inaceptables".

Para ASCEL hay dos cuestiones inaceptables. Una: "El estado de conservación favorable no es autonómico, ni español siquiera y, afortunadamente, no lo declaran ni lo establece ningún gobierno autonómico" y depende de la población en conjunto de la especie, incluyendo a Portugal". Dos: "La inclusión en el LESPRE (Listado de Especies Silvestres en Régimen de Especial Protección) del lobo no depende del estado de conservación favorable, como saben o deberían de saber desde Asturias o desde las otras comunidades autónomas compinchadas en el estudio que se menciona. No es esa la discusión aún en curso en la Audiencia Nacional".

La "cuestión de fondo", según ASCEL, es que para el gobierno asturiano "la biodiversidad no importa, no cuenta". Sólo cuenta, añade, "la (mala) política del día a día y del voto a voto". Y añade que las declaraciones del Principado lo fueron del responsable de Planificación Agraria, Marcos da Rocha, "que es el competente sobre lobos, y corresponsable en el fracaso en el control de la tuberculosis bovina, que no se le puede achacar al lobo, y sí a algunos humanos, por haber movido vacas sin bioseguridad". 

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