Entrevista | Raúl Gallego Productor de faba IGP en Colunga

"El futuro de la faba de la granja está difícil, y no es por la falta de demanda"

"En Asturias la agricultura ha sido más para el autoconsumo y no existe un relevo generacional como sí ocurre en la ganadería"

"Es muy difícil empezar desde cero como agricultor, supone mucho trabajo y la vida en el campo no resulta atractiva para los jóvenes"

Raúl Gallego, de Lyra Foods, en COlunga

Raúl Gallego, de Lyra Foods, en COlunga / R. J. Q

J. Quince

Raúl Gallego dejó atrás su Cáceres natal en busca de una vida más conectada con la naturaleza. En 2016 se estableció en Luces, Colunga, donde junto a su pareja, Lynda Adelaida, fundó Lyra Foods, una empresa dedicada al cultivo ecológico de faba asturiana. Su apuesta por la calidad y la tradición no tardó en dar sus frutos y en 2023, durante su primer año de actividad, fueron galardonados con el primer premio de la XXXIII Semana de las Fabes de Colunga. Sin embargo, este productor, inscrito bajo el sello de la IGP (Indicación Geográfica Protegida), advierte de los desafíos que enfrenta el sector, marcado por la falta de relevo generacional y las dificultades para rentabilizar los cultivos.

- ¿Qué le llevó a dejar Cáceres y establecerse en Asturias? ¿Por qué eligió Colunga?

-El objetivo era mejorar nuestra calidad de vida. Conocía Asturias desde mi juventud, y como amante de la naturaleza, siempre me atrajo su clima, el mar y la montaña. En Cáceres los veranos son muy calurosos, y he vivido muchos años en Galicia y, para mí, la lluvia no era un impedimento para vivir en el norte. Elegimos Colunga por su centro de formación profesional situado en Luces, donde comencé a estudiar Agroecología.

- ¿Cómo surge la idea de fundar Lyra Foods?

-Desde los 8 años he sido cocinero en casa y, cuando tenía 25, empecé sembrando tomates. Al notar la gran diferencia con los tomates del supermercado, decidí cultivar mi propia huerta ecológica. Esa fue la semilla que fue creciendo hasta que empezamos la agricultura de forma profesional en la primavera de 2023, con la siembra de alubias para comercializar. Actualmente trabajo con ayuda de mi mujer y pronto comenzaremos a colaborar con el IES de Luces para que los alumnos de Agroecología que lo deseen puedan realizar sus prácticas formativas con nosotros.

- ¿Cuántas variedades de fabes cultivan y cómo es el proceso de producción?

En total disponemos de ocho hectáreas de las que tres las utilizamos para sembrar alubias. Hace dos años sembramos doce variedades y este año pasado sembramos siete, principalmente faba de la granja, cultivada con el método tradicional asociado al maíz, y verdinas, todo de manera cien por cien natural, sin ningún tipo de tratamiento y respetando al máximo la naturaleza. Sembramos la faba tres o cuatro semanas después de sembrar el maíz, que sirve de tutor, evitando el uso de redes de plástico o varillas de acero. Cosechamos vaina por vaina, desgranamos y seleccionamos manualmente, todo de forma artesanal.

-¿Cuál es la producción anual y cuáles son sus expectativas a futuro?

-La faba sembrada con maíz es de mejor calidad aunque la producción es mucho menor, pero queremos ofrecer al consumidor un producto de calidad y saludable. La producción estos dos años ha sido inferior a los 500 kilos, principalmente debido a la meteorología, pero esperamos que en el futuro podamos alcanzar los 1.000 o 2.000 kilos.

- ¿Tienen planes de expansión o de diversificación?

-Por ahora cultivamos principalmente alubias, también un poco de huerta para las personas que buscan productos frescos y una alimentación sana, y tenemos una plantación de dos hectáreas de aguacates. Este año plantaremos una hectárea más, con 1.200 árboles.

- ¿Qué implica formar parte de la IGP?

-Ser productor inscrito en la IGP significa que podrías tener una marca propia para vender tu producción o venderla a una empresa envasadora. En ambos casos, el consumidor puede ver en el envase la etiqueta que certifica que está comprando alubia de la granja asturiana. Ello conlleva el pago de unas tasas y estar sujeto a controles. Nosotros actualmente estamos inscritos en el Consejo de la Producción Agraria Ecológica del Principado de Asturias, en la Indicación Geográfica Protegida Faba Asturiana y en la Marca de Garantía Verdina de Asturias.

- ¿Por qué hay tan pocos profesionales de faba en Asturias? En Colunga solo queda usted.

-Pienso que el cultivo de faba en Asturias por lo general es para el consumo familiar y para la pequeña venta, como una forma de recibir ingresos extra. Solo unas pocas empresas producen a gran escala y no existe un relevo generacional como si ocurre en la ganadería. Creo que requiere mucho trabajo y los ingresos no están garantizados, así que no es un cultivo rentable para una dedicación exclusiva si no dispones de mucho terreno.

- ¿Cuáles diría que son los principales obstáculos para los agricultores?

-El acceso a terrenos agrícolas es complicado. En Asturias el uso es principalmente ganadero y es muy difícil empezar desde cero como agricultor, ya que tienes que realizar mucha inversión y los primeros años son difíciles. Supone mucho trabajo y la vida en el campo no resulta atractiva para los jóvenes.

- ¿Cómo está evolucionando la producción de fabes en Asturias y en Colunga?

-En Asturias, la producción de alubia y el número de productores inscritos en la IGP está descendiendo en los últimos años. El valor de la alubia debe reflejar todo el trabajo que conlleva y el aumento de los precios. En Colunga, la mayoría de los productores de faba son mayores. En Luces, donde nosotros sembramos, la casa del agricultor que antes era una cooperativa, ahora está en ruinas. Esto refleja la situación actual.

-¿Cree que el futuro del sector es viable?

-El futuro de la faba de la granja está difícil, y no es por la falta de demanda. Otras alubias españolas no tienen el problema del manchado del grano debido a enfermedades fúngicas, esto reduce mucho su rentabilidad, así como la mecanización. Otro aspecto importante supone el tamaño y orografía de las fincas asturianas, que marca la diferencia con el resto de España en la viabilidad de las explotaciones. Aquí hay mucho terreno agrícola, pero la mayoría está ocupado por la ganadería. La agricultura en Asturias tiene capacidad para crecer mucho, y es posible que grandes empresas españolas vengan por los efectos del cambio climático a medio y largo plazo.

-¿Qué medidas podrían ayudar a revitalizar el sector?

Hay pocas personas jóvenes hoy en día que opten por vivir en las zonas rurales, incluso un pueblo tan bonito como Lastres está perdiendo población, pero cada año aumentan los turistas que lo visitan. Las cooperativas agroalimentarias podrían revitalizar las zonas rurales, todo pasa porque las medidas de las administraciones públicas sean más eficaces. La puesta en marcha de ayudas asociadas al cultivo puede animar a la incorporación de nuevos productores.

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