Estas jóvenes llaniscas acaban de ganar un campeonato nacional: "Fuimos a divertirnos y volvimos con dos oros"

"Baila como si nadie estuviera mirando". Quizás esa sea la clave del éxito: sentir la música y dejarse llevar sin importar quien observe. Demostrar que una pasión combinada con técnica, trabajo y esfuerzo puede llevar muy lejos... sobre todo cuando se disfruta del camino. Esta filosofía parece haber guiado a las alumnas de la Escuela de danza Susana del Riego, de Llanes, que acaban de triunfar en la final del Campeonato Nacional DelArt Festival, celebrado en Toledo.

Tras superar la fase clasificatoria en Asturias, donde lograron el pase con cuatro coreografías, las bailarinas viajaron a la gran cita con ilusión y ganas de mostrar su talento. Y así lo hicieron, regresando a casa con dos primeros puestos, en la categoría grupal y en dúo, además de un merecido quinto puesto en individual.

"Fuimos sin mucha expectativa, para divertirnos, y volvimos con dos oros y un quinto premio. Empezamos el año con un resultado fantástico que nos anima a seguir con más fuerza la temporada", afirma Susana del Riego.

Durante tres días, Toledo congregó a bailarines de toda España en una exhibición de estilos muy variados. La escuela llanisca compitió en la categoría de Danza Moderna, en nivel amateur y con niñas de 11 a 15 años, defendiendo propuestas a ritmo de jazz: "Están muy contentas, la verdad es que no lo esperábamos. Solemos tener siempre buenos resultados, pero había mucha competencia y gran nivel, así que quedamos sorprendidas", reconoce Del Riego.

Más allá de los premios, la experiencia fue muy enriquecedora para las llaniscas: "Ha sido un campeonato especial por la convivencia, el compañerismo, la oportunidad de socializar y ver el trabajo de otras escuelas. Nos llevamos mucho aprendizaje", añade la directora.

Desde su fundación en 2019, la Escuela de danza de Llanes ha ido consolidándose como un referente en la comarca. Susana del Riego, natural de Piedras Blancas pero "adoptada" ya por el concejo llanisco, lleva toda la vida ligada al baile. Se formó como profesional y compartió su pasión como docente impartiendo clases en colegios, ayuntamientos y gimnasios de la zona.

"Aunque soy de Castrillón, siempre me fui tirando para el Oriente, dando clases en Ribadesella o Llanes. Un día decidí lanzarme y abrir mi propia escuela. El primer año tuvimos que esperar para competir por la pandemia, pero desde entonces nos hemos apuntado a todo", explica.

Clases también para mayores

La academia de baile cuenta con unos 80 alumnos, prácticamente todas chicas: "Es complicado que se sumen los chicos, solo tengo uno. Parece que cuesta más atraerles porque aquí tiran más al fútbol", comenta. Sus alumnas llegan desde distintos puntos de la comarca e incluso desde San Vicente de la Barquera, en Cantabria, con edades de entre los 4 y 15 años. Aunque ha tenido estudiantes de hasta 18 años y cada vez hay más interés por parte de los adultos.

"Tenemos demanda de clases para mayores, pero me faltan horas y cuesta mucho encontrar docentes. A ver si conseguimos ampliar y sumar ‘profes’ en ballet o contemporáneo para seguir creciendo", señala.

Las alumnas entrenan entre dos y tres horas a la semana, con sesiones extra cuando se acerca una competición. Y aunque la danza es una actividad de diversión y disfrute, no deja de ser una disciplina "dura" cuando se toma de forma seria: "Lleva mucho esfuerzo y trabajo. Hay una gran complejidad técnica, muchas horas de ensayo, desgaste físico, años de formación y también un coste". Aun así, asegura que se trata de un arte que merece la pena. "Ellas se divierten y van motivadas a las competiciones, si luego encima ven reconocido su trabajo, mejor", comenta Del Riego.

Uno de los deseos más reiterados por los componentes de esta escuela es obtener más visibilidad y apoyo, tanto social como institucional en el municipio. Y es que la danza, muchas veces, queda relegada a un segundo plano en comparación con otros deportes: "Nos gustaría que se reconociera un poco más, sobre todo porque estamos cosechando éxitos a nivel nacional y parece que se da más bombo a otros deportes. Nuestra escuela lleva años ganando premios y sería bonito que se valorara ese esfuerzo desde la parte institucional, a ellas le haría ilusión", afirma la profesora.

La danza, al fin y al cabo, es un arte y una disciplina que, como cualquier otro deporte, exige dedicación, constancia y pasión y, desde esta escuela llanisca, demuestran que no hay escenario demasiado grande que no puedan conquistar.